Es el precepto con el cual se nos ordenó que todo el que saca provecho de las Santidades, o come lo Santo —es decir: Terumá—, sin premeditación, deberá restituir lo que comió o en medida de su provecho con el agregado de un quinto.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y de lo que pecó de lo Santo pagará, y su quinto agregará sobre él. Y dijo más: Y cuando un hombre coma de lo Santo sin querer...
Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Tratado (Talmúdico) de Meilá y también en el Tratado (Mishnaico) de Terumot.
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