Es el precepto con el cual se nos ordenó: narrar Sus bondades —exaltado sea— para con nosotros, y cómo nos salvó desde entonces —al comienzo de la situación de nuestro Patriarca Iaacov— y de la esclavitud de los egipcios y su opresión a nosotros, agradecer a Di-s por todo esto, y pedir de El que perpetúe la bendición — mientras traemos los Bikurím.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y responderás y dirás delante del Señor, tu Di-s: 'El arameo (—Labán) quiso destruir a mi padre, y el resto de todo aquel párrafo.

Este precepto se denomina: Mikrá Bikurím.

Sus leyes han sido explicadas ya en el Tratado de Bikurím, y en el Capítulo Séptimo (del Tratado Talmúdico) de Sotá.

No es obligatorio para las mujeres.