Es el precepto con el cual se nos ordenó matar con la espada a quienes transgreden determinados preceptos.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Vengar, ha de ser vengado.

En (la sección de) los Preceptos Negativos hemos de señalar las ordenanzas por las cuales se es pasible de (la pena de) decapitación.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Séptimo del Tratado (Talmúdico) de Sanhedrín.