Es el precepto con el cual se nos ordenó la ley del toro.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Cuando un toro cornee…, (y) Cuando el toro de un hombre cornee al toro de su semejante.
Las ordenanzas de esta ley han sido explicadas ya en los primeros seis capítulos (del Tratado Talmúdico) de (Babá) Kamá.
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