Es el precepto con el cual se nos ordenó la ley del pastoreo.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y cuando un hombre haga pastorear en un campo o viñedo...
Las normas de esta ley han sido explicadas ya, en su generalidad, en el Capítulo Segundo y el Capítulo Sexto (del Tratado Talmúdico) de (Babá) Kamá, y en el Capítulo Quinto (del Tratado Talmúdico) de Guitín.
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