Ningún mortal puede explicar los misteriosos caminos de Di-s en la vida. Como el profeta Isaías nos dice en nombre de Di-s: "Mis pensamientos son diferentes de vuestros pensamientos". Sin embargo, lo que podemos decir es que cuando los humanos sufren, Di-s también sufre, más que un padre por su hijo.
Di-s le dio al hombre libre albedrío para cambiar el mundo para bien. Pero debemos decir que esa independencia es tan vital que pesa más que el profundo dolor producido por el abuso del hombre de su libertad de elección para herir a su compañero. Está claro para mí que hace 60 años Di-s estaba mirando y esperando una respuesta a una pregunta más importante: ¿Dónde estaba el hombre? ¿Dónde estaba el hombre que puede diferenciar entre el bien y el mal, que tiene el poder para actuar y crear? ¿Dónde estaba el hombre que entiende la santidad de la vida humana, y por qué no está clamando por su profanación?
Sí, el mundo se unió de una manera sin precedentes, y tuvo éxito en detener la máquina de guerra Nazi.¿Pero por qué tomó tanto tiempo? ¿Por qué el mundo creyó de buena gana que el mal se apaciguaría? ¿Por qué los Aliados sólo reaccionaron ofensivamente cuándo los Nazis llegaron a sus puertas? ¿Por qué tantas personas inocentes tuvieron que ser brutalmente asesinadas antes de que la humanidad comprendiera el mal intrínseco del Nazismo?
Nosotros clamamos: nunca más.
Pero tristemente, hoy enfrentamos el Nazismo del siglo 21-el terrorismo. Una vez más, debemos preguntarnos, ¿dónde está el hombre ante esta nueva amenaza?
Los terroristas quieren lo mismo que los Nazis: conquistar el mundo. Como los Nazis, los terroristas no diferencian. Desprecian a todas las personas civilizadas— un ejecutivo comercial en Nueva York o un adolescente que come pizza en Jerusalen, un niño en el primer día de escuela en Beslan, un operario en Madrid o un turista en Bali. Para ellos, el mundo está dividido entre "creyentes" como ellos-la "raza suprema"—y todos los otros—los "infieles."
Ninguna nación, no importa cuán poderosa, puede darse el lujo de luchar esta guerra sola. El Mundo Libre entero debe unirse por la causa de la humanidad. El nuevo enemigo debe definirse claramente, debe formarse una nueva alianza, y el enemigo debe ser derrotado. Los eventos de hace 60 años- tanto nuestra trágica vacilación para enfrentar al enemigo y nuestra última alianza y victoria—nos enseñan la lección más crítica en la historia humana: El lecho de roca de un mundo civilizado es la creencia en el Creador Omnipotente que dotó a todos los seres humanos de derechos de igualdad.
Como mi gran Rebe, Rabí Menajem Mendel Schneerson, decía a menudo: "La llave a la moralidad y decencia, paz y coexistencia que es la más importante responsabilidad – es la fe y confianza en el Omnipotente "Ojo que ve y Oído que escucha" todas nuestras acciones y conducta. La vida humana es un precioso regalo otorgado por el Creador y es deber de la humanidad guardarlo estrechamente."
No podemos esperar que el terrorismo nos golpee para comprender su peligro. Una fuerza que no tiene respeto por la vida humana y la libertad, no sólo es una amenaza para aquellos que están a su alcance, sino para todas las personas del mundo-a la esencia misma de la libertad y la vida. La Biblia en el Deuteronomio dice: "Fijarás jueces y policías en todas tus ciudades". La persuasión es el poder de la justicia, y las leyes son el fundamento de un mundo seguro. Una nueva alianza internacional, respaldada por la ley, será tan poderosa que protegerá al mundo con su sola presencia sin disparar un tiro.
Esta alianza depende de nosotros. Permitamos que hoy sea el día en que todas las naciones civilizadas abracen la Ley Divina Universal que respeta la santidad, dignidad y libertad de cada hombre, mujer y niño en este planeta.
¿Si varias naciones pudieron, hace 60 años, unirse por la supervivencia del hombre, cuánto más hoy, que nuestros sistemas de valores han crecido mucho más cercanos?
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