Hoy en día la neurología se acerca lo que antes considerábamos ciencia ficción. Se han dibujado mapas de todas las áreas del cerebro, prácticamente cada recoveco fue estudiado e investigado; con la ayuda de un neurotransmisor podemos escuchar una canción olvidada hace mas de 30 años, manipulando una raíz nerviosa podemos perder el deseo de comer papas fritas y perder de esta forma 8 kilos en un mes. Bueno en realidad estoy exagerando un poco. Pero ya casi lo logramos.
El año es como un cuerpo de 365 miembros y nervios, también tiene un cerebro, las 48 horas de Rosh Hashana. Esa es la traducción literal de Rosh Hashana: " cabeza del año" En Rosh Hashana coronamos a Di-s como nuestro Rey. En Rosh Hashana, Di-s renueva su deseo de crear un mundo físico. Canales de vitalidad y energía conectan las 48 horas de Rosh Hashana con los cientos de días, miles de horas y millones de segundos a los largo ¡del año, de la misma forma que el cerebro se conecta con el cuerpo.
Por eso mismo los días de Rosh Hashana son tan significativos: el impacto de cada acción se reproduce mieles de veces. Si somos bondadosos en Rosh Hashana, seremos más bondadosos a lo largo del año. Si medimos nuestras palabras en estos dos días, nuestro hablar será más refinado durante el año. Si nos concentramos en alguna debilidad que queremos vencer y nos comprometemos a hacer lo posible para vencerla, veremos que nuestra resolución es más efectiva que si la haríamos en otro momento.
Si podemos acceder al cerebro tenemos acceso a prácticamente todo. Podemos despertar recuerdos olvidados, restaurar viejos talentos, aliviar nuestros miedos, magnificar alegrías, destruir prejuicios, estimular nuestros intereses y cambiar nuestra motivación. Básicamente podemos reprogramar nuestras vidas, aunque sea por un año.
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