"Contemplando las grandes creaciones de Di-s, uno llega a reconocer la gran sabiduría de Di-s, que estimula el profundo amor por Di-s y un deseo de unirse a Él"- reza el proverbio. Buena parte de la tecnología descubierta en este siglo, nos ha dado una comprensión de la unidad dinámica que une al universo entero y el hombre.
Aun una persona que no comprenda cómo funciona un microchip o un electroimán, la tecnología resultante es una consecuencia obvia de un nivel sin precedentes de unidad en nuestro universo. La comunicación moderna nos permite conectarnos instantáneamente con cualquier persona en el mundo. El transporte moderno nos permite llegar en poco tiempo a cualquier lugar del planeta. Las computadoras nos permiten procesar billones de piezas de información en pocos segundos.
Sí, toda esta tecnología ahorra enorme cantidad de tiempo y energía y crea nuevas oportunidades de trabajo. Pero esas ventajas deberían ser consideradas subproductos de la tecnología, cuyo verdadero objetivo es unificar el mundo y hacerlo un campo más fértil para una vida espiritual. Esta es la respuesta para comprender la revolución tecnológica y adónde nos está llevando.
Los veloces cambios tecnológicos que han tenido lugar durante las últimas generaciones coinciden con la predicción hecha hace unos dos mil años en el Zohar, un texto clásico del misticismo, que dice que en el año 1840 habrá un estallido de "sabiduría inferior", o avances en la comprensión del universo físico, y un incremento en la "sabiduría sublime", o espiritualidad, que traerá la verdadera unidad en el mundo, llevando hacia la redención final.
El aumento de ambos tipos de sabiduría, de la mente y del alma, seguramente ha tenido lugar; donde hemos fallado es en integrar estas esferas de conocimiento. Sólo equilibrando lo científico con lo espiritual podemos transformar el sueño de un ideal futuro en un plan funcional para la sociedad, pues la verdadera comunicación puede empezar sólo cuando las mentes y almas humanas interactúan. Con la comunicación viene la comprensión; con la comprensión viene la compasión; y con la compasión viene un movimiento natural hacia el universalismo.
De modo que la actual revolución tecnológica es de hecho la mano de Di-s en acción; su objetivo es ayudarnos a hacer de Di-s una realidad en nuestras vidas. Y a medida que pasa el tiempo y se hacen más descubrimientos, veremos más y más cómo la ciencia refleja y avanza paralela a las verdades de Di-s, revelando con ello la unidad intrínseca de todo el universo.
El objetivo divino en la presente revolución informática, por ejemplo, que le da al individuo un poder y oportunidades sin precedentes, es permitirnos compartir el conocimiento (espiritual) entre nosotros, energizando y unificando a los individuos en todas partes. Debemos utilizar la tecnología interactiva de hoy no sólo para los negocios o el placer sino para enlazar a la gente, para crear un ambiente propicio a la interacción de nuestras almas, nuestros corazones, etc.
Comprender la ciencia y la tecnología como herramientas divinas para nuestro crecimiento personal y espiritual es también esencial para nuestro bienestar. La historia nos ha enseñado que no basta con que una sociedad sea científica o intelectualmente sofisticado; "sabiduría", "conocimiento" e "iluminación" pueden ser pervertidos como mucha facilidad por las cualidades igualmente humanas de arrogancia y brutalidad. Sólo cuando las imbuimos con una norma externa de bondad, con la norma de una vida virtuosa tal como fue dictada por Di-s, la sabiduría puede alcanzar realmente un plano más alto.
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