Es la advertencia con la cual se nos previno de no hacer coincidir nuestros actos, en la elección de sus momentos, con las formaciones de las estrellas. Ello es que digamos: 'este día es adecuado para tal actividad' y fue preciso (en su momento) para hacerla; o 'este día no es conveniente para hacer en él tal actividad' y evitó hacerla.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: No se ha de hallar en ti... quien adivine momentos auspiciosos. Este Precepto Negativo ya fue repetido (en la Torá) y dijo El: y no adivinen momentos auspiciosos ('lo teonenu') — estos son los que dan momentos, pues él (—el término meonén — ) se deriva de oná —tiempo, período—, es decir: que no haya entre vosotros quien fije tiempos, que diga:

tal momento es bueno y tal momento es malo.

También quien transgrede este Precepto Negativo

—es decir, el que indica tiempos, mas no aquel que los pide— es pasible de (la pena de) Malkut. Empero, también la pregunta al respecto está prohibida, además de constituir una cosa falsa.

El que actúa premeditadamente en un momento determinado en virtud del cálculo de que será dichoso y tendrá éxito en aquella actividad — también éste recibe (la pena de) Malkut, por cuanto cometió acción.

Además, se incluye en esta acción la prohibición de ilusionismo. En la expresión de nuestros Sabios:

"meonén — éste es el ilusionista". Este es una clase amplia de los tipos de trucos, a los que se suma la ligereza en el movimiento de la mano, hasta que a la persona le parecen cosas que no son ciertas, tal cual vemos que ellos hacen siempre, que alguien toma una cuerda en su mano, la coloca en el bolsillo de su ropa ante los ojos de la gente, y luego la retira como serpiente; o arroja un anillo al aire y luego lo extrae de la boca de la persona que está delante de él, y similares de las acciones de los ilusionistas que son usuales entre el populacho. Toda acción de éstas está prohibida y quien las hacer se denomina: ojez et haeináim — y es una de las clases de brujería y por ello recibe (la pena de) Malkut. Al mismo tiempo engaña a la gente, y la perdida que se provoca por su intermedio es poderosamente grande dado que (mediante estas acciones) las cosas que son absolutamente imposibles se tornan posibles a los ojos de los necios, las mujeres y los jóvenes, y su pensamiento se acostumbra a aceptar lo imposible, y considerarlo como posible.

Entiéndelo.