Es la advertencia con la cual se nos previno de no temer a los herejes durante la batalla ni intimidarse ante ellos. Es obligación, en cambio, envalentonarse y permanecer en las filas del ejército.

Todo el que retrocede y se repliega — éste, pues, transgredió un Precepto Negativo. Es lo que El dijo:

No temblarás ante ellos.

(La Torá) reiteró el Precepto Negativo y dijo: No les temáis. Y repitió la ordenanza a estos efectos —es decir: no temblar ni retroceder durante la guerra— muchas veces, dado que en esta situación es posible reivindicar la palabra verdadera.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Octavo (del Tratado Talmúdico) de

Sotá.