La Parashá de esta semana da comienzo al cuarto libro de la Torá, el libro de Bamidbar —literalmente "En el desierto" —que trata de los viajes de nuestros ancestros a través del Desierto de Sinaí.
El Midrash da numerosas razones por las cuales la Torá fue dada en un desierto.
Si la Torá hubiera sido dada en una zona poblada, esto implicaría que de alguna manera está ligada a ese vecindario, que pertenece exclusivamente a la gente de ese lugar. Al dar la Torá en un desierto que no pertenece a nadie, queda claro que la Torá no pertenece a nadie en particular, sino que cualquiera que lo desee puede adquirir la Torá y hacerla suya.
En adición, un desierto evoca la imagen de un páramo áspero y sin cultivar. Esto es símbolo de nuestro mundo físico. Por medio de la aplicación de la Torá y usando el mundo que nos rodea para el servicio a Di-s y el mejoramiento de la humanidad, elevamos y refinamos ese "desierto", convirtiéndolo en una tierra rica y fértil —una morada para la Divinidad.
Únete a la charla