Pregunta:
Alguien cercano a mí realmente se echó a perder y desde entonces ha experimentado diversas consecuencias muy serias y dolorosas. Una amiga dijo que no cree que Di-s "provoque las consecuencias, porque, afirma, "Nosotros tenemos libre albedrío".
A pesar que eso puede parecer una actitud amorosa, lo encuentro perturbador. Me siento mucho más cómoda con la idea de un Di-s que trata con nosotros directamente, en lugar partir de las consecuencias. O un Di-s que hasta "está en las consecuencias", con la idea de que hay finalmente un propósito amoroso en la consecuencia. Sin esto, el mundo parece demasiado atemorizador y solitario.
Respuesta:
Hay mucho de verdad en lo que usted escribe. Por un lado, si, las consecuencias son nuestra propia obra. Son el producto de nuestro libre albedrío que aprieta los botones y tira de las palancas de las aletas cósmicas. Todos tenemos la libertad de caminar descalzos en la nieve, pero no se quejen si su nariz comienza a gotear. Tenemos el poder de dañar a otros, pero estén preparados para recibir del mismo modo. Encienda leña debajo de sus pasiones humanas naturales, pero no se asombre de encontrar un fuego salvaje consumiendo todo lo que construyó. Extienda su mano para ayudar a otros, y eventualmente una mano vendrá a ayudarlo o a sus hijos o los hijos de sus hijos. Llene su vida con la sabiduría de la Torá y la Torá lo protegerá y escudará de muchos pesares. Traiga luz al mundo y su propia alma también brillará. Plante y siegue, siembre y coseche.
Y sin embargo en todo esto, no está nada más que Di-s. El entumecedor frío de esa nieve debajo de sus pies, la sensación del aire pasando por sus fosas nasales, el pulso de la sangre corriendo por sus venas, la pasión que tironea en sus entrañas —no son mas que modalidades de Su Luz Infinita profundamente condensada en ritmos, patrones y sensaciones diseñadas para que la mente humana los vea y sienta.
Si es así, Él también debe estar en esas consecuencias. Pues si no hay nada más que Él, aun en aquel espacio que nos ha otorgado para que hagamos nuestra propia elección y determinar nuestro propio mundo, también está Él. Lo que quiere decir que hasta el espacio vacío es Di-s.
Obviamente no puede ser Él. Para aquellos que Lo buscan en todos sus caminos Él atisba desde detrás del velo de los eventos naturales, estrechando cariñosamente su mano mientras los lleva a través de su curriculum de vida individualizado. Mientras le hablan en sus plegarias, como un niño habla a un padre, cara a cara, corazón a corazón, así Él les responde en todo matiz de la vida, Su rostro asomando a través de la neblina de las consecuencias de la vida.
Pero para aquellos que eligen ignorar Su presencia, Él está obligado a ocultarse dentro del manto de causa y efecto, "de "así es el mundo". "Si ustedes se relacionan conmigo fortuitamente" dice a través de la voz de Moisés "entonces yo también me relacionaré con ustedes de la misma manera". Esto quiere decir: "Si han elegido vivir como criaturas solitarias en una máquina hostil —y así estoy obligado a disfrazarme en ella".
Sin embargo aun el ocultamiento es amor. Pues de esta manera, eventualmente el alma humana buscará su otra mitad que es realmente Di-s Mismo, y hallará su propia alma y a Di-s oculto ahí dentro del sendero de piezas rotas. Alzando los desparramados fragmentos, se descubrirá abrazado por un Di-s amante que aguarda pacientemente en el exilio el retorno de sus preciosos hijos.
Pues aun el ocultamiento es Di-s.
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