Es la advertencia con la cual se nos previno de no apagar el fuego del Altar.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: Fuego perpetuo arderá sobre el Altar, no será apagado.
En el Sifrá: "no será apagado — enseña que todo el que apaga transgrede un Precepto Negativo".
Quien transgrede este Precepto Negativo y apaga siquiera una de las brasas del Altar — recibe (la pena de) Malkut.
Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Décimo (del Tratado Talmúdico) de Zevajím.
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