Es la advertencia con la cual se nos previno de no poner defecto en las Santidades, y es lo que se llama 'matil mum bakodashím'.

Todo el que pone defecto en las Santidades, recibe (la pena de) Malkut, a condición de que esto sea (hecho) en la época en que el Gran Templo está en pie, cuando sería válido como sacrificio (de no ser por el defecto), como se explicó en la Guemará (—Talmud, Tratado de) Avodá Zará.

Sobrevino al respecto el Precepto Negativo al decir El, en relación con el sacrificio: Todo defecto no habrá en él.

En expresión del Sifrá: "Todo defecto no habrá en él — no pongas en él defecto".