Es la advertencia con la cual se nos previno de no ofrendar sacrificio sin sal.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: No suprimas la sal del pacto de tu Señor. Una vez que advirtió de no suprimir la sal, se desprende de ello que está prohibido ofrendar sin sal.

Quien ofrenda cosa alguna sin sal —es decir, sacrificio u ofrenda cerealera— es pasible de (la pena de) Malkut.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Séptimo Capítulo (del Tratado Talmúdico) de Zevajím.