Es la advertencia con la cual se nos previno de no ingerir la sangre.

Es lo que el, exaltado sea, dijo: Toda sangre no ingeriréis. El Precepto Negativo en este sentido ha sido repetido ya (en la Torá) en varias ocasiones.

Explicó (El) que (quien la ingiere) es (castigado) con Caret, cuando dijo: Todos los que la ingieren serán extirpados, si lo hizo adrede; si fue sin premeditación

— trae un (sacrificio) Jatat.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Capítulo Quinto (del Tratado Talmúdico) de Keritot.