Es la advertencia con la cual se nos previno de no cosechar todo lo sembrado, sino que ha de dejar remanente de ello para los pobres en la punta (peá) del campo.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: No concluirás la punta de tu campo, cuando coseches.

Este Precepto Negativo está adosado a uno Positi­vo, puesto que si transgredió y cosechó todo lo plan­tado debe entregar a los pobres en medida equivalente a la peá de la cosecha. Es lo que El, exalta­do sea, dijo: Para el pobre y el extranjero las abandonarás, como hemos explicado en los Preceptos Positivos.

La obligación de (dejar) peá es también para el árbol así como lo es para el campo.

Este Precepto es obligatorio, por ley de la Torá, sólo en la Tierra de Israel.

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el Tratado (Mishnaico) compuesto a tal efecto (—el de Peá).