Es la advertencia con la cual se nos previno de no recolectar tampoco lo que hacen crecer los árboles frutales en el séptimo año del modo en que recolectamos frutas cada año, sino que haremos en ello variante a fin de mostrar que no tiene dueño.
Es lo que El, exaltado sea, dijo: y las uvas, de las que te has apartado, no vendimiarás.
Sobrevino en su explicación: "No vendimiarás — como lo hacen los que vendimian". De aquí dijeron: "Los higos de Sheviít — no se ponen a secar en el lugar propio para ello, pero sí donde no es habitual hacerlo; no se prensan uvas en un lagar, pero sí en una tina; no se elaboran aceitunas en una presa de aceitunas ni en una más pequeña, pero sí se las muele e introduce en una cuba".
Las leyes de este precepto, con las del anterior, han sido explicadas ya en el Tratado de Sheviít.
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