Es la advertencia con la cual se nos previno de no devolver a su dueño al esclavo que escapó hacia la Tierra de Israel, a pesar de que su amo es judío; de momento que escapó de fuera de la Tierra (de Israel) hacia la Tierra de Israel, no se lo devuelve, sino que (su amo) lo libera y (el esclavo) suscribe su (propio) valor como deuda.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: No devuelvas un esclavo a su dueño.

Y en el Capítulo Cuarto (del Tratado Talmúdico) de Guitín se aclaró que el versículo habla de un esclavo que escapó de fuera de la Tierra (de Israel) hacia la Tierra (de Israel), con el que la ley será que (el esclavo) suscribirá un documento por su valor, y (el amo) le escribirá una Carta de Emancipación, y no ha de ser devuelto, en absoluto, a la esclavitud, puesto que ha venido a cobijarse en la Tierra pura elegida para el pueblo excelso. Y allí se explicaron las leyes de este precepto.