Es la advertencia con la cual se previno al juez de no conmiserarse de quien mató a su compañero o lo disminuyó en uno de sus miembros —es decir, con el pago de las multas—. Que no diga: 'Este es pobre, y segó la mano de aquél o le hizo perder su ojo sin intención', y se apiade y conmisere de él en el pago íntegro de los montos de su daño.

Es lo que El, exaltado sea, dijo respecto de esto: No conmiseres tus ojos. Vida por vida, ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie.

El Precepto Negativo en este sentido ha sido repetido ya (en la Torá), y dijo El: No conmiseres tu ojo (por él) y erradicarás de Israel (a quien vertió) la sangre inocente.