Es la advertencia con la cual se nos previno de no dejar obstáculos y escollos en nuestras ciudades y dentro de nuestras casas a fin de que la gente no perezca a causa de ellos.

Es lo que El, exaltado sea, dijo: Y no pondrás sangre en tu casa.

En expresión del Sifrí: "Y harás valla — es un Precepto Positivo Y no pondrás sangre — es un Precepto Negativo".

Las leyes de este precepto han sido explicadas ya en el (Talmud) Ierushalmi Shekalím —al comienzo—, y en varios lugares del Orden de Daños —Nezikím—.