El mandamiento de visitar a los enfermos (Bikur Jolim) es muy grande. Con respecto a esta mitzvá está dicho en la Mishná que es uno de esos actos del que uno "come sus frutos" en este mundo" y retiene lo "principal en el mundo venidero.
De acuerdo con ciertas opiniones es una mitzvá bíblica basada en el versículo "Y seguirás su camino". De acuerdo con otros (incluso Maimónides), es un mandamiento rabínico. Sin embargo otros sostienen que es una mitzvá que es una ley entregada a Moisés en Sinaí (Halajá LeMoshe Misinai). No obstante, Maimónides también dice que el mandamiento de visitar a los enfermos es también un aspecto de la mitzvá de "Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Vehabta lereeja kamoja).
No hay límite a la cantidad de veces o el nivel en que uno puede cumplir este mandamiento, con tal que uno no sea demasiado molesto para la persona enferma. La mayoría de las veces es preferible una visita corta. Es necesario tomar en consideración el estado y los deseos del enfermo.
No deben limitarse las visitas a quien es mayor y/o más grande que uno. Debe visitarse aun a aquellos más jóvenes o no tan grandes como uno.
Si, por ejemplo, hay dos pacientes enfermos, uno que tiene muchos visitantes y el segundo pocos o ninguno, uno debe visitar preferiblemente a la persona que tiene pocos o ningún visitante.
Las opiniones varían en cuanto a si uno debe visitar a una persona que aborrece. De acuerdo con algunos, debe evitar visitarla porque puede parecer que se está regocijando con la enfermedad del otro. Lo mejor es informar a la persona por intermedio de un tercero que desearía visitarlo. Si es aceptable para el paciente, puede visitarlo, pues puede ser el comienzo de un proceso de pacificación.
No se dice una bendición cuando se cumple el mandamiento de visitar a los enfermos.
No todos los pacientes están en condiciones de recibir visitas. Bajo tales circunstancias uno debe preguntar a los parientes si se puede efectuar la visita y aun entonces la visita debe ser corta. También es necesario tener un sexto sentido y darse cuenta cuando permanece demasiado tiempo. En una situación en la que el paciente no está preparado para los visitantes, uno puede permanecer en la recepción o en el pasillo y ayudar a los miembros de la familia o decir Salmos por la persona.
A pesar que la mayoría de los aspectos de visitar a los enfermos sólo se pueden cumplir con una visita personal, se puede cumplir la mitzvá con un llamado telefónico.
Se debe entrar al cuarto del enfermo con humor y sentimientos positivos. No se debe mostrar tristeza o melancolía, pues puede afectar el bienestar del paciente.
No se deben traer malas noticias a la persona enferma.
Si uno necesita cumplir el mandamiento de visitar al enfermo y consolar a los dolientes (Nijum Avelim) y sólo puede hacer uno u otro, entonces se da preferencia a la mitzvá de consolar a los dolientes.
Rabí Ieshaiahu Horowitz, el santo Shela, escribió que el mandamiento de visitar a los enfermos involucra tres componentes: 1. Con el cuerpo de uno (beguf), 2. Con el lama de uno (benefesh) y 3. Con el dinero de uno (bemamon).
Con el cuerpo de uno —No sólo se debe hacer una visita personal, sino que uno debe realmente hacer cosas para levantar el espíritu y confortar al enfermo. Esto se puede llevar a cabo de numerosas formas: trayéndole material de lectura, trayéndole comida (especialmente si el paciente está en un hospital en el que los pacientes pueden evitar comer muchos alimentos debido a la preocupación por el kashrut), ayudar a levantar o bajar la cama para él, iluminando el cuarto, etc. Cuando un paciente está en el hospital hay más oportunidades de hacer esto, dado que las enfermeras no siempre tienen suficiente tiempo para ocuparse de los pacientes. [Como fue mencionado antes uno debe usar el sentido común y no prolongar la visita o visitar en momentos inoportunos].
Con el alma de uno —Orando y diciendo Salmos por el enfermo. No debe olvidar desearle y bendecir al enfermo para una rápida recuperación (refuá shlema) antes de irse. Rabí Moshe Isserles, el Rama, escribió que si uno visita a un enfermo y no ora por él, no ha cumplido el mandamiento de visitar a los enfermos. El Talmud dice que si uno puede orar por los enfermos y no lo hace es llamado pecador. [Por lo tanto, si se dicen Salmos en la sinagoga por una persona enferma, es importante participar].
Con el dinero de uno —Si la persona enferma tiene dificultades financieras para cubrir sus gastos médicos, entonces hay que ayudarlo. Esto también ayudará al traer a la persona enferma un poco de paz mental. [Me parece que está incluido en este componente el dar tzedaká en honor de la persona enferma].
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