La mitzvá de encender velas de Shabat recae sobre todos los miembros de la familia. Pero el la mujer de la casa, en su rol de pilar del hogar, la que realmente enciende. Si no hay mujer en la casa, o si ella no puede encender, la obligación recae en el hombre.

Una antigua costumbre es que todas las mujeres, incluyendo niñas pequeñas que puedan comprender el significado de la mitzvá y decir la bendición (aproximadamente tres años), deben encender cada una su propia vela también. En los últimos años esta costumbre ha sido revivida y es una práctica común en muchos hogares judíos. "Vivimos en tiempos que a menudo están envueltos en la oscuridad" urgió el Lubavitcher Rebe "por lo que toda mitzvá agrega mucha iluminación necesaria".