Estimados Lectores:

Hace poco escuché la siguiente anécdota.

Un niño vuelve a su casa después de haber estado en la escuela judía, y su padre le pregunta:

- ¿Qué aprendiste hoy en la escuela?

- Hoy aprendimos, que cuando los judíos salieron de Egipto y debían cruzar el mar, Moisés trajo varios misiles atómicos y con la ayuda de rayos láser y aviones de guerra logró generar la explosión necesaria para que las aguas del mar se corran y el pueblo pueda cruzar- contesto el hijo

- ¿Estas seguro que eso te dijo tu maestro de historia judía?- Preguntó el padre sorprendido

- En verdad me dijo que lo hizo levantando su mano solamente, pero pensé que no me creerías.


Esta semana leemos en la Torá sobre el cruce del mar, uno de los principales hitos del nacimiento de nuestro pueblo, quizás el mayor milagro que hizo Di-s al Pueblo Israel.

Muchas veces escuché decir que el cruce del mar, pudo haber sido un fenómeno natural. Algunos tratan de explicar que bajó la marea lo suficiente permitiendo que el pueblo cruzase y otras teorías parecidas.

Personalmente, creo que si hubiese sido un fenómeno natural, entonces el milagro sería aun mayor. Déjenme explicar por que.

Muchas veces entendemos como milagro, un fantástico quiebre de las leyes naturales, si alguien vuela o las aguas se yerguen, entonces hablamos de un milagro. Un milagro en realidad es algo muy distinto, es recibir lo que necesitaba en el momento exacto que lo necesitaba. Si el pueblo necesitaba cruzar el mar para poder sobrevivir y convertirse en Am Israel y “justo” en ese momento bajo la marea, o sea que la naturaleza se subyugó a este cometido, entonces sin duda el milagro hubiese sido mayor.

Charlando con unos amigos sobre esto en una reunión, nos dimos cuenta que todos tuvimos milagros en nuestras vidas. Uno encontró a su actual pareja por haber perdido un viaje, el otro recibió una llamada de su hermano que vive en el exterior justo el día en que se sentía muy solo, el tercero escuchó las palabras reconfortantes que necesitaba de la boca de un taxista y así las experiencias son innumerables. Estos son milagros. Estoy seguro que si piensas, a ti también te ocurrieron muchísimos.


Este shabat es el 64 aniversario de fallecimiento del Rebe Anterior y el 63 aniversario de la asunción del Rebe, de bendita memoria, como líder del movimiento Jabad Lubavitch.

Una vez alguien le preguntó al Rebe:

-¿Por qué en esta época no hay más milagros? Y el Rebe contestó – Solo hay que abrir los ojos y los veremos a nuestro alrededor.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy