Estimados lectores:

Esta semana leemos en la Torá sobre el becerro de oro. La primera idolatría que el pueblo judío en su conjunto adora.

Apenas cuarenta días de haber escuchado “Yo soy tu Dio-s… No tendrás otros dioses”, caen en la tentación de formar un ídolo de oro con la imagen del becerro, que lo reconfortaba frente al supuesto abandono y desaparición por parte de Moshe.

Desde la comodidad del siglo XXI podemos pensar: “¡Que primitivos! Adorar a un cordero.” Pero en el fondo nos sirve para reflexionar sobre nuestras acciones hoy en día.

Muchas veces perdemos el foco y pensamos que la finalidad de la vida es otra cosa que servir a Di-s. La idolatría cambia de nombre según la época pero sigue existiendo más que nunca. Se puede llamar: celular, dinero, apariencia física, placeres, redes sociales, la lista es infinita.

Últimamente pienso que el celular es una de las más grandes idolatrías (hasta nos exige “posternarnos” físicamente agachando la cabeza). Esto no quiere decir que no debamos usarlo, lo debemos usar como una herramienta pero sin permitir que nos controle y obsesione.

Uno de los grandes beneficios concretos de cumplir Shabat es tener la capacidad de apagar el celular durante 24 horas dejando en claro quién manda en nuestras vidas.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy