Generalmente un título expresa la temática del contenido. "Génesis" trata sobre el comienzo del mundo, "Éxodo" sobre los judíos partiendo Egipto. Tanto si es un libro, una película o una serie de charlas, el título debería dar la idea del contenido que describe.
Es por esto que el título de la parashá de esta semana parece muy inapropiado. Vaieji significa "y él vivió". El nombre se deriva del versículo de apertura de la parashá: "Y vivió laacov en la tierra de Egipto 17 años...". La parashá sin embargo continúa relatándonos no la vida de laacov, sino su muerte: su último deseo y testamento para sus hijos, su fallecimiento, su funeral y su entierro en Hebrón en la Tierra Santa.
¿Por qué una parashá que se concentra en los últimos días de vida de una persona en la tierra, sus instrucciones en su lecho de muerte y su entierro, se titula "Y él vivió"?
La respuesta, dicen nuestros sabios, es que no estamos hablando de organismos biológicos, sino de judíos. Y la prueba de vida verdadera para un judío es si vivió una vida judía auténtica y consistente toda su vida. ¿Vaciló antes de la línea de llegada, o fue leal a su sistema de valores hasta el final?
¿Cómo sabemos que laacov realmente vivió, en todo el sentido de la palabra? ¿Que la suya fue genuinamente una vida dedicada a D-os? Cuando vemos que permaneció fiel a esos ideales hasta el último día de su vida. Solo entonces podemos decir con seguridad que su vida fue verdaderamente viva, que tuvo una vida Vaieji. El hecho que laacov murió como un hombre recto valida todo el resto de su vida, estableciéndola como una vida de verdad, viva y real de principio a fin.
Hay personas que tienen sus ocho minutos de fama, que brillan brevemente e impresionan al mundo solo para desvanecerse, decepcionándonos al mirar tanto potencial desaprovechado disipándose en el aire. Otros duran más, pero no llegan al final. Como un cierto hombre llamado Iojanan que, dice el Talmud, ofició como sumo sacerdote en el Santo Templo por 80 años y luego se desvió del camino. No por nada Hillel, en Pirke Avot, nos advierte de no confiar moralmente en nosotros hasta el día que morimos.
Nunca olvidaré mi experiencia con una muy buena persona que fue notablemente leal a la compañía para la que trabajaba. Por 45 años estuvo en el mismo grupo, dedicado total y absolutamente a él. Luego alcanzó la edad del retiro obligatorio. De repente se enfermó. Los médicos no tenían un diagnóstico real. Su situación empeoró cada vez más hasta que quedó incapacitado y eventualmente murió. Pero aquellos que lo conocían bien comprendieron que una vez que dejó el trabajo al que le había dedicado toda su vida adulta, no tenía nada por lo que vivir. Tristemente, no tenía otros intereses. Su trabajo era su vida, y sin su trabajo no quedaba más vida.
Es aconsejable psicológicamente tener un hobby, aprender a jugar golf o desarrollar otros intereses fuera del trabajo. Un judío, sin embargo, debería idealmente comenzar a estudiar Torá. Ir a clases, leer un libro estimulante. Estudiar y agudizar la mente es bueno para el cerebro. Estudios médicos recientes confirman que incluso puede retrasar el comienzo del Alzheimer. Aún más importante, la persona debe tener algo por lo que vivir. Encontrar nuevas áreas de estimulación. Descubrir, soñar, aspirar más alto. La vida debe ser vivida con propósito y vigor.
Es por esto que al final de la parashá de esta semana, que también concluye el libro de Génesis, la congregación y el lector de la Torá proclamarán Jazak, Jazak Venizjazek, "Se fuerte, se fuerte y nos fortaleceremos". Porque la tendencia cuando finalizamos un libro es tomarnos un respiro antes de tomar el siguiente. Así es la naturaleza humana. Pero un libro de la Torá no es sólo un libro. Torá no es solo historia o biografía. Torá es nuestra fuente de vida, y no nos atrevemos a tomar un descanso de la vida.
"Jazak" nos da la fuerza para continuar inmediatamente. Y así lo hacemos. En la misma tarde abrimos el libro de Éxodo y continuamos el ciclo de aprendizaje sin interrupción.
La verdad es consistente, de principio a fin. Que nuestras vidas sean bendecidas con ser verdaderamente vividas, con autenticidad, lealtad y realización eterna. Amen.
Escribe tu comentario