Pero en cuanto a la Shejiná propiamente dicha, a saber, el origen y núcleo de la manifestación mediante la cual el bendito Ein Sof ilumina los Mundos de una manera revelada que es la fuente de todos los flujos de vitalidad en todos los mundos [cuya vitalidad por entero no es sino apenas la luz que de ella se difunde como la luz irradiada desde el sol] — los mundos no pueden soportar o recibir la luz de esta Shejiná, como para que pueda realmente morar e investirse en ellos, sin una "vestimenta" que filtre y oculte su luz de ellos de modo que no se vuelvan nulos totalmente y pierdan su identidad dentro de su fuente, tal como la luz del sol está anulada en su fuente, a saber, en el sol mismo, donde esta luz no puede ser vista, sino sólo la masa integral del sol mismo.
Pero, ¿cuál es esta "vestimenta" que puede esconderla e investirla [a la Shejiná] y no obstante ello no verse [ella misma] completamente anulada dentro de su luz? Esta es Su bendita Voluntad y sabiduría, etc., que se invisten en la Torá y sus mitzvot que están reveladas a nosotros y a nuestros hijos, [y pueden actuar como "vestimenta" sin anularse ellas mismas en la luz de la Shejiná], porque "la Torá emanó de la sabiduría", a saber, jojmá ilaá, que es infinitamente superior al mundo de manifestación [—que es la Shejiná—] pues "El es sabio pero no con una sabiduría conocible", etc. Y como se ha explicado anteriormente, la [infinita] luz del bendito Ein Sof está investida en la Sabiduría Suprema y se une a ella, y El y Su sabiduría son una misma cosa. Sólo que [esto se debe a que] ella ha descendido por vías de gradaciones oscurecedoras, de [un] grado [superior] a [un] grado [inferior] con el descenso de los Mundos, hasta que ella se ha investido en cosas materiales, a saber, los 613 mandamientos de la Torá.