Estimados lectores:
En la Torá de esta semana leemos sobre las dos primeras plagas que Di-s envió a los egipcios para liberar a los hijos de Israel.

Los Sabios nos enseñan que en cada generación debemos vernos como si estuviéramos saliendo de Egipto. La salida de la esclavitud se refleja en nuestra vida cotidiana cuando estamos dominados por las debilidades del cuerpo y las influencias sociales a nuestro alrededor.

De la misma manera que la salida de Egipto comenzó con las dos plagas de convertir las aguas en sangre y la plaga de las ranas, nuestra batalla espiritual para alcanzar la libertad personal comienza con estos dos conceptos:

Sangre: La naturaleza del agua es estar fría, mientras que la sangre representa la energía vital de nuestro cuerpo. Si uno se deja llevar por la apatía, se enfría en el servicio a Hashem, perdiendo energía y actuando de manera mecánica. La enseñanza es que lo primero que debemos hacer es imbuir vitalidad en nuestro servicio a Hashem, en nuestras plegarias y en nuestro estudio.

Ranas: Por otro lado, las ranas, reptiles de cuerpo frío, nos enseñan que, una vez que hemos imbuido energía y vitalidad en nuestra vida espiritual, debemos "enfriar" nuestras pasiones materiales y resistir las tentaciones del cuerpo. Como dice el versículo, las ranas incluso entraron en los hornos de los egipcios, demostrando su capacidad de superar el calor de las pasiones.

De esta forma, empezaremos a salir de nuestra esclavitud espiritual y seremos finalmente libres para servir a Hashem.

Pedimos que pronto tengamos la última redención, en nuestros días. Además, agregamos una plegaria especial por la liberación de los cautivos judíos que aún están prisioneros en la Franja de Gaza.

¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy