En el pensamiento judío, Egipto no es meramente una ubicación geográfica sino también un estado mental limitado que debemos esforzarnos continuamente por trascender y dejar atrás.
El judaísmo es una religión que no solo fomenta el respeto, sino que lo manda como una obligación religiosa y un deber: el respeto a los padres, los ancianos, el cónyuge, los hermanos, los empleados e incluso los adversarios.
Muchos sistemas escolares hoy funcionan como fábricas, con planes de estudio estandarizados que actúan como una línea de montaje para cada estudiante. Este enfoque industrializado de la educación no tiene en cuenta los estilos de aprendizaje individuales o los intereses de cada estudiante.
Lo opuesto al beneficio no es la gratitud sino cultivar una conciencia de nuestras bendiciones; con la conciencia de nuestras bendiciones, la gratitud viene automáticamente.
El principal objetivo de la industria del márketing es hacer que los consumidores potenciales tengan una sensación de carencia que solo pueda ser colmada a través de su producto y la euforia que se siente al comprar. Según este punto de vista, debemos esforzarnos constantemente por tener lo más nuevo, lo mejor y lo máximo para alcanzar la felicidad.
En el mundo antiguo, el tiempo se entendía como circular, con ciclos establecidos que se repetían una y otra vez sin progreso ni destino. Esto se conoce comúnmente como “la ley del eterno retorno”.
La idea común acerca del Satán se deriva de la idea cristiana del “diablo”, una fuerza maligna en el mundo, independiente, opuesta y enfrentada a Di-s.
La introspección consciente a lo largo del curso de nuestra vida transforma el proceso natural de envejecimiento en un viaje espiritual de adquisición de sabiduría.
En la tradición judía, los padres son los maestros ideales, el hogar es el aula óptima, y el desarrollo del carácter y las instrucciones morales son las metas a alcanzar en la educación.
Espiritualmente, la aspiración humana de riqueza surge del deseo del alma de impactar nuestro mundo para mejor. Atiende su llamado y convertirás la búsqueda de riqueza en un acto de nobleza.
El antisemitismo se alimenta no del odio a los judíos, sino del mensaje y la moralidad del judaísmo. La asimilación, entonces, es parte del problema, no la solución.