PREGUNTA: ¿Por qué es que si un judío no observa los preceptos del Judaísmo es considerado judío, mientras que un converso al Judaísmo debe observar la ley judía para ser aceptado en el Judaísmo? No parece justo. Hay tantos judíos de nacimiento (como yo) que no son practicantes. ¿Por qué no puede alguien convertirse en judío no-practicante?
RESPUESTA: Convertirse al Judaísmo y no practicarlo es como tirar de la alfombra que está debajo de sus propios pies. Usted está quitando el fundamento mismo en el que está apoyado.
Hay judíos de nacimiento, y judíos por opción. El primero nació de una madre judía; el último se convirtió según la ley judía. Los dos tienen un alma judía, pero uno la recibió a través de los medios biológicos; el otro, por los medios legales.
Las leyes de conversión tienen requisitos claros. Uno es que, después de un periodo de estudio, el supuesto converso debe comprometerse sinceramente a observar la ley judía con la mejor de sus habilidades. Si se niega a hacer esto, o queda en claro después que no era sincero en su compromiso, entonces un requisito esencial no se ha cumplido, y la conversión carece de sentido.
La razón es simple. ¿Cómo alguien puede convertirse en judío a través de un proceso legal si no subscribe a esa ley? Es como un oficial democráticamente elegido que usa su poder para declarar que esa democracia es redundante. ¡Si está en lo correcto, entonces él no tiene ninguna posición! Es la democracia la que le dio el poder; si quitamos la democracia, se le ha quitado su poder. O como un juez que declara que la ley no es pertinente. En ese caso, entonces él tampoco es pertinente, porque sólo tiene derecho para juzgar en virtud de la ley - la misma ley que él está rechazando.
Si usted es judío de nacimiento, nada puede quitarle eso. Es un hecho biológico. Pero un converso sólo es judío en virtud de la ley judía. La conversión es una legislación espiritual que dota a una persona de un alma judía. ¿Si se ridiculiza ese mismo sistema, entonces en base a qué son judíos?
Por otro lado, un converso genuino no es menos judío que un judío por nacimiento. De hecho, todos nosotros descendemos de conversos. Nosotros somos judíos hoy, porque nuestros antepasados estuvieron de pie hace más de tres mil años en el Monte Sinai e hicieron la misma aceptación de la Torá que hace un converso. Nuestros antepasados pasaron por una forma de conversión, por lo que nosotros, sus descendientes, somos irreversiblemente judíos.
Este evento se repite en cada conversión. El converso está de pie ante Di-s- a su propio Sinai y se le ofrece la Torá. Si la acepta atentamente, y mantiene su compromiso, entonces él y sus futuros hijos serán por siempre judíos.
La devoción de los verdaderos conversos puede inspirarnos a los judíos biológicos, que debemos ser más que sólo judíos de nacimiento: también podemos volvernos judíos por opción.
Únete a la charla