Después de la muerte de los dos hijos de Aarón (en la Parashat Sheminí), Dios advierte que nadie puede entrar a la sala especial del Mishkán denominada “Santo de Santos”. Aarón era el único que podía entrar allí, una sola vez al año, en Iom Kipur, el día más sagrado de todo el año.

Una cosa que se hace en Iom Kipur es que se toman dos cabras y se hace una lotería. Una de las cabras se ofrenda a Dios y la otra a “Azazel”; a esta última, se la envía al desierto para que expíe los pecados de los judíos.

En la Parashá Ajarei, hay otras advertencias importantes: está prohibido ofrendar un korbán (sacrificio), excepto en el Templo Sagrado; está prohibido consumir sangre en cualquier forma que sea (es por eso que se sala toda la carne kasher –para quitarle la sangre– y es por eso que chequeamos los huevos antes de usarlos para ver si tienen sangre); y se enumeran las personas con las que no podemos casarnos.

Kedoshim significa “santo” y la Parashá Kedoshim empieza cuando Di-s nos dice: “Ustedes deberían ser santos porque Yo, su Di-s, soy santo”. La pregunta es: ¿cómo podemos ser santos? Haciendo las mitzvot que nos manda Di-s. El resto de la Parashá Kedoshim nos da muchas mitzvot diferentes, a través de las cuales podemos ser santos. Algunas de las mitzvot citadas en la Parashá son las siguientes:

· No mentir.

· No robar.

· No jurar en falso.

· No retener el salario del obrero (si contratas a alguien para que te haga un trabajo, tienes que pagarle enseguida).

· No guardar rencor.

· No vengarse.

· No contar chismes sobre los demás.

· Cumplir con el Shabat.

· Ponerse de pie cuando entre a la habitación alguien que se merece respeto.

· Dar caridad a los pobres.

· Respetar a los ancianos.

· Cuando uno recolecta el trigo de su campo, debe dejar una esquina del campo para los pobres.

· Y una mitzvá muy importante: “Amar al prójimo como a uno mismo”.