La Torá es eterna. Sus enseñanzas se aplican a la vida práctica de todos los días.

El comienzo de nuestra parashá habla de la guerra. "Cuando salgas a la guerra contra tus enemigos". Si bien en el sentido más simple, la Torá está hablando de enemigos materiales del pueblo judío, podemos aplicar lo mismo en forma personal y actual.

El enemigo del iehudí - judío, es el Ietzer HaRá - la Inclinación al mal.

Nuestros sabios nos dicen que la forma de luchar contra nuestra propia Inclinación al mal es a través de la Tefilá - el rezo.

Cuando rezamos, generalmente ponemos mucha energía y esfuerzo para concentrarnos y realmente sentir lo que decimos. Podemos estar luchando contra nuestra mente que se distrae, nuestro corazón que puede estar deseando otras cosas o nuestras manos que pueden estar jugando en forma distraída.

Cuando rezamos apropiadamente, pensando en HaShem y lo que El quiere, estamos superando nuestra Inclinación al mal y ganando la batala.

Sin embargo, hay otra forma de ganar esta lucha, a través del estudio de Torá.

El pasuk - versículo - dice "Los caminos de la Torá son placenteros y sus senderos pacíficos". En lugar de enfrentar a la Inclinación al mal combatiéndola, nos dedicamos al estudio de Torá.

Cuando nos ocupamos en el estudio de Torá, cambia nuestro ánimo y aún la Inclinación al mal es afectada. Nuestro estudio trae la santidad de HaShem a este mundo, cambiándolo todo para mejor. La Inclinación al mal también cambia, y se pone más ansiosa por usar sus energías para el bien.