El nombre de la sección semanal de la Torá es Tazría, cuyo significado es “sembrar”. El nombre de cada parashá de la Torá, a pesar de ser parte de las primeras palabras de cada sección, indica el contenido conceptual de la misma. Sin embargo, en la parashá de esta semana aparentemente el nombre indica lo opuesto a su contenido.
La parashá entera habla sobre las manchas de tzaráat (comúnmente traducido como lepra, pero en realidad era otro tipo de enfermedad similar a la lepra) y sus diferentes tipos, que corresponden a las impurezas más severas, hasta el punto que nuestros sabios dijeron que “una persona con tzaráat es como un muerto”, y una persona impurificada con esta enfermedad debe ser aislada del resto, fuera del campamento de Israel. Por el contrario, la palabra tazría implica lo opuesto, sembrado, que termina en florecimiento, el nacimiento de algo nuevo.
Con esta contradicción la Torá nos enseña el significado profundo de las manchas de tzaráat en particular, y de los castigos Divinos en general: Di-s es el bien y la bondad absoluta. Él no desea castigar a una persona por el sólo hecho de impartir un castigo. Su única voluntad es refinar a la persona, quitar la impureza del pecado para purificarlo y prepararlo para un estado espiritual superior.
Aún los castigos más severos, como la pena capital, al final de cuentas es una bondad para el pecador, y aún si es necesario “sacar” al pecador de este mundo, es apropiado el castigo para ser meritorio de la vida eterna en el mundo por venir.
Este es también el significado subyacente tras las manchas de tzaráat. Maimónides escribe que las manchas de tzaráat eran milagrosas, que aparecían por el pecado de lashón haRá - la mala lengua. Al comienzo “cambiaban [de color] las paredes de su casa. Si [la persona] se arrepentía, se purificaba la casa. Si continuaba con su maldad hasta que se quitaba la parte manchada de la casa, cambiaban [de color] los utensilios de cuero de su casa [...] si se mantenía en su maldad hasta que se quemaban [los utensilios de cuero], cambiaban [de color] las ropas que vestía”, sólo si después de todo esto la persona continuaba hablando lashón haRá, la mancha pasaba a su cuerpo.
De esta manera, la mancha de tzaráat advertía a la persona que debía arrepentirse y hacer teshuvá y sólo si no ayudaba la advertencia, la mancha pasaba a su cuerpo. Si la persona llegaba a tal situación, debía ser aislado y enviado fuera del campamento para alejarlo de las malas compañías y las malas lenguas, con la esperanza de que haga teshuvá, se refine y pueda volver a los lugares santos. Surge de aquí, que todo el objetivo de las manchas era refinar a la persona y hacerlo “una nueva persona” más pura y elevada.
Es por eso que esta parashá se llama Tazría, para enseñarnos el contenido profundo de las manchas de las cuales se habla en ella, cuyo objetivo es sembrar y hacer crecer un estado nuevo en la persona, un judío más puro y refinado.
Este es también el significado del galut - exilio. En el galut nosotros sembramos Mitzvot y buenas acciones en un medio hostil, en medio de sufrimientos y dificultades. ¿Para qué? Para que éstas crezcan en la venida del Mashíaj.
La recompensa entregada en la era de la Redención no es algo separado de nuestro servicio y trabajo hoy en día. Todo lo contrario: la recompensa es sólo el crecimiento y la luz de las Mitzvot que sembramos durante el galut, y rápidamente veremos esto con nuestros propios ojos, con la venida de nuestro justo Mashíaj en la Redención verdadera y completa.
La razón que el Talmud da para llamar al Mashíaj metzorá es porque está escrito: “nuestras enfermedades él cargó, y nuestros sufrimientos soportó”. Sin embargo, si el Mashíaj soporta enfermedades y sufrimientos, ¿cómo sabemos que se trata de tzaráat?
También el Templo es llamado metzorá. Sobre el versículo “y el enfermo de tzaráat que tiene la mancha” dice el Midrash: “el enfermo de tzaráat - se refiere el Beit HaMikdash – Templo de Ierushaláim”.
La explicación reside en el significado profundo de las manchas de tzaráat. Es sabido que la tzaráat no es una enfermedad natural, sino un castigo específico del cielo (por hablar lashon HaRá - la mala lengua). La mancha de tzaráat es la revelación del poder del juicio celestial, que encuentra expresión en el mundo terrenal en forma de mancha.
Es por eso que la mancha en sí misma no indicaba impureza, sino que debía ser mostrada al Cohen y sólo cuando éste la identificaba como una mancha de tzaráat, recaía la impureza sobre la persona manchada. Cuando el Cohen establecía que se trataba de una mancha pura, no se trataba de una negación de impureza, sino de una revelación de la severidad celestial de santidad, un nivel espiritual muy elevado. El significado de que la mancha puede ser impura es que, en su descenso desde los niveles espirituales más elevados, algo negativo puede desencadenarse de la severidad celestial, hasta llegar a una mancha de tzaráat.
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