Todos saben que "Roma no se construyó en un día". No hay edificio en el mundo donde el constructor no haya explicado su retraso usando esta frase hecha. ¿Pero usted sabía que Jerusalén tampoco fue construida en un día? Ni tampoco la Tierra de Israel.
En la lectura de la Torá de esta semana, Dios le dice al pueblo judío que no van a heredar la tierra de Canaán inmediatamente. Será para su beneficio que la conquista de la Tierra Prometida será gradual y calculada. El establecerse exitosamente en la tierra llevará tiempo y se les previno de antemano que sean pacientes:
"No los eliminaré de tu presencia en un año, para evitar que la tierra quede desolada y las fieras salvajes te sobrepasen. Poco a poco iré expulsándolos de tu presencia, hasta que seas numeroso y puedas heredar la tierra." (Shemot 23:29-30)
Las sensaciones de una noche frecuentemente son sólo eso. No necesariamente perduran. Lenta y continuamente, paso a paso, el enfoque gradual usualmente goza de larga vida y éxito perdurable.
Cada judío tiene su parte en la Tierra Prometida; no solo geográficamente sino también espiritualmente. Hay un pedazo de Jerusalén dentro de cada uno de nosotros. Todos tenemos capacidad para la santidad y la espiritualidad. Pero a veces podemos ser desalentados de comenzar el camino hacia nuestra tierra prometida personal. El camino parece muy largo y arduo. Aquí Dios nos está dando sabias palabras de aliento. No esperes milagros instantáneos. No digas "¡Tengo todo un país que conquistar! ¿Cómo voy a hacerlo?". Sino di, "¿Dónde empezaré hoy?". No mires al final del camino; mira los primeros pasos que debes dar ahora. Mañana darás más pasos y pasado otros más, y en un tiempo toda la tierra será tuya.
Si le preguntas a un empresario optimista que recién empezó su primera aventura comercial "¿eres millonario?", él no va a decir "no". Más probablemente diría "Aún no, ¡estoy trabajando en eso!". Debería ser igual en nuestro camino dentro del Judaísmo.
Franz Rosenzweig (1886 - 1929), fue un filósofo judío alemán que en su juventud consideró apartarse completamente del judaísmo. Pero su inclinación intelectual lo obligó a hacer primero un examen apropiado del judaísmo. Así que fue a una sinagoga y sucedió que experimentó una conexión con Dios tal como Él se revela dentro de la creación, sin necesidad de una transformación espiritual previa. Se convirtió en un serio estudiante del judaísmo.
Se dice que una vez que a Rosenzweig le preguntaron si se ponía tefilín, su respuesta fue "aún no". No "no", sino "aún no", y hay una diferencia crítica entre ambas respuestas. "No" implica que no lo estoy haciendo ahora ni tengo planes para hacerlo en el futuro. "Aún no" significa que, aunque ahora no esté allí, aún estoy abierto a la sugerencia. Con esperanza, pronto vendrá el momento en el que estaré listo para hacer de los tefilín una parte diaria de mi observancia.
El enfoque del "aún no" es bueno. Nadie lo hace todo en un día. Todos tenemos espacio para crecer. Todos deberíamos aspirar a más. Si no hacemos una buena acción en particular en este momento, no hay razón por la que no la podamos empezar a hacer en un futuro próximo. Nunca dejémonos desalentar por el largo camino. Demos los primeros pasos y sigamos avanzando. Puede ser lento, pero mientras mantengamos un crecimiento sostenido, llegaremos al destino.
Así que si alguien le pregunta: "¿te pones tefilín?", "¿comes kosher?" o "¿cuidas Shabat?" y usted no lo hace, por favor no le diga "no". Dígale "aún no".
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