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8. Uno de los aspectos [de plenitud espiritual] que distinguió a nuestro Patriarca Avraham una vez circuncidado, fue hacerse merecedor de engendrar a Itzjak. En este sentido nuestros Sabios declaran2 que Itzjak debía nacer de una "gota sagrada", tal como señala la expresión3 [talmúdica] "que santificó al amado desde el vientre". Por este motivo, aunque antes de su circuncisión, Avraham ya era una "carroza" para la Divinidad4, de todos modos, [y a pesar de todos sus logros espirituales,] entonces, todavía no era apto para engendrar a Itzjak. Recién cuando alcanzó el nivel de "ser íntegro"5 por medio del Brit Milá, exclusivamente en esa instancia, Itzjak podía nacer [de él].

De lo antedicho se entiende también la supremacía [espiritual] de Itzjak con relación a Avraham. Pues el nacimiento de Avraham no dependió de la condición mencionada, [la circuncisión de su padre Teraj]. Sin embargo, en cuanto a Itzjak, más allá de todas las virtudes que Avraham ya poseía [antes de la concepción de su hijo, éstas no bastaron,] Itzjak no podía nacer sin que antes su padre [se circuncidara y] acceda a [la categoría espiritual de "Marcha delante de Mí, (apégate a Mí servicio) y] se íntegro"6.

9. [Ahora bien,] ¿cual es la razón por la cual exclusivamente Itzjak debía ser engendrado a partir de una "gota sagrada"?

[Lo entenderemos, al prologar] la diferencia entre [el servicio a Di-s de] Avraham y [la avodá espiritual de] Itzjak:

La característica de Avraham es "proyectar [flujo espiritual] de 'arriba hacia abajo'" –hamshajá milemála lemáta-, mientras que Itzjak se ocupaba de "elevar [y sublimar los aspectos terrenales] de 'abajo hacia arriba'" –halaá milemáta lemála-7.

Este concepto es consonante con lo explicado en numerosos Maamarím –Discursos Jasídicos-, que la avodá, [el esforzado servicio espiritual] de Avraham se caracterizaba por [sentir] un "amor como el agua", ([es decir, Avraham tenía] un amor a Di-s análogo a [las cualidades de] el agua), tal como decimos en la plegaria por la lluvia: "Recuerda al padre (Avraham) que Te siguió como al agua". La naturaleza del agua es descender de arriba hacia abajo8. [En contraste,] la avodá de Itzjak consistía de un fogoso amor [a Di-s], comparable a llamaradas de fuego. La naturaleza del fuego es ascender de abajo hacia arriba9.

La diferencia [mencionada] entre Avraham e Itzjak no se expresaba sólo en la avodá que cada uno llevaba a cabo en su fuero íntimo, sino, también hallaba expresión en el servicio de cada uno de ellos en relación al mundo [en general]. Avraham produjo que se proyectara en la Creación Divinidad de "arriba hacia abajo". Itzjak causó que la Creación, con sus características [limitadas] propias, se eleve y se transforme en un recipiente, [un vehículo y canal] para la Divinidad, esto es, sublimación de "abajo hacia arriba".

Asimismo, la conducta de cada uno de ellos reflejaba la modalidad de su propia avodá, conforme la Torá nos relata.

10. Nuestro Patriarca Avraham proyectó Divinidad en todo [lugar y a toda persona, sin importar el estado espiritual del receptor]: "Atrajo" Divinidad a la tierra de Canáan, tal como la misma se hallaba antes de ser refinada; también [hizo lo propio] en la tierra de Egipto, e incluso llegó al extremo de atraer Divinidad sobre los "árabes que se prosternaban al polvo de sus píes"10, [seres humanos inmersos en] el nivel espiritual más bajo que pueda existir.

–La persona se divide en tres partes: Cabeza, cuerpo y extremidades inferiores. El pie es el miembro más inferior [de la estructura humana]. El "polvo de los pies" es aun más bajo que los propios pies. La condición de los "árabes" era de una bajeza espiritual tal, que llegaban al grado de "prosternarse al polvo de sus pies", es decir, en ellos, el intelecto [estaba sometido y] era inferior que el "polvo de los pies"-.

No obstante ello, nuestro Patriarca Avraham se entregó [completamente a Di-s] y proyectó Divinidad incluso en esta clase de seres humanos, conforme la declaración de nuestros Sabios11 sobre el versículo12: "'Proclamó –vaikrá- allí el nombre del Eterno, E-l Olam (lit.: Di-s mundo)'. No leas 'vaikrá - proclamó', sino 'vaiakrí - hizo proclamar'". Avraham logró que también ellos proclamaran [hacia los demás] "E-l Olam", ["Di-s mundo" y no "Di-s del mundo". Es decir, introdujo la noción de que el mundo, la materia, no es más que una manifestación y expresión de la Divinidad, hallándose, por lo tanto su existencia, nulificada a la energía espiritual que la llama a ser].

Tal como el estilo de servicio a Di-s de Avraham era uno de "proyección" [y "atracción" de "arriba hacia abajo"], del mismo modo, su estrategia para logarlo era en idéntica dirección. En este sentido, nuestro Sabios relatan13 que Avraham difundía la presencia de Di-s en el mundo por medio de la atención a huéspedes. Él invitaba huéspedes en medio del desierto, les satisfacía todas sus necesidades, y cuando querían agradecerle, les decía: "Bendigan a Aquel que de Él comieron". Sus invitados agradecían, bendecían y ensalzaban a Aquel que con Su palabra el mundo fue llamado a ser.

11. El servicio de Itzjak se caracterizaba, como se mencionó antes, por causar "elevación de 'abajo', hacia 'arriba'". Por este motivo él no tuvo, en absoluto, relación alguna con Egipto, ni tampoco [el más mínimo contacto] con alguna región de fuera de la Tierra Santa, pues él era una olá temimá14. E incluso estando en la Tierra de Israel su ocupación era la excavación de pozos. Esta actividad alude a [su modo particular de avodá,] la manifestación de Elokut (Divinidad) por medio de la elevación, es decir, revelar Divinidad a través de elevar lo inferior, 15 [lo mundano]. Este modo singular de avodá se debe a que Itzjak se hallaba más allá de los límites de la Creación [y por ende trascendía las cuestiones mundanas, él estaba en un permanente estado de] elevación y separación de "abajo hacia arriba".

Y así como su condición y estado personal era de permanente [refinación y] elevación, exactamente así era su influencia y efecto sobre la realidad creada, la [refinaba, elevaba y] transformaba en un recipiente [y vehículo] para Elokut.

12. La Torá nos relata que Itzjak se dedicaba a la excavación de pozos con el fin de descubrir y extraer el agua cubierta por la tierra. Su trabajo no consistía en trasladar agua desde otro lugar para verterla en los pozos, sino [encontrar y] revelar el agua inmanente en ellos. Pues en realidad, los pozos contienen agua, sólo que la misma se halla cubierta por tierra, barro y piedras. Pero cuando se los remueve, se revela el agua.

Su labor cotidiana es [en realidad] un [indicador y] reflejo de su servicio espiritual: [Su avodá giraba en torno a] la 'remoción' de todo aquello que obstaculiza y oculta [la manifestación del espíritu presente en la materia,] con el objeto de transformar el mundo, [el plano concreto y físico de la Creación,] en un 'recipiente' y vehículo para la Divinidad –[en esto consiste precisamente la] "elevación de abajo hacia arriba"-, tal como las aguas que surgen de lo profundo [del abismo] hacia arriba, la superficie terrestre.

13. A Itzjak no le afectaban los factores [propios de la naturaleza] que obstaculizan el hallazgo del agua [subterránea], tampoco lo interferían quienes se oponían a su labor de excavación. Conforme la Torá nos relata que cuando los pastores de Abimelej echaron a los pastores que trabajaban para Itzjak y taparon los pozos, Itzjak no se inmutó y ordenó [a su gente] que siguieran con las excavaciones.

Más aun: Incluso después que los Filisteos se apoderaron de los pozos que habían cavado los sirvientes de Itzjak, que desde una perspectiva más profunda esto significa que la "vida" y el esfuerzo invertidos [en la ardua labor de excavación] fue presa de la klipá de los Filisteos, aun en esa instancia, Itzjak no se inmutó y continuó con las excavaciones. E incluso cuando [los Filisteos] se apoderaron de 16un segundo pozo, él excavó un tercero, hasta que llegó a [el nivel de] "rejovot – amplitud", [como reza el versículo:] "El Eterno nos ha dado amplitud y fructificaremos en la tierra".

14. Al considerar que quien impedía las excavaciones era Abimelej, rey de los Filisteos, e incluso, [aprovechando su poder,] se apoderaba para sí de los pozos que se habían cavado con gran esfuerzo, no era lógico que Itzjak no se inmutara. Pero Itzjak no se conducía de acuerdo a los parámetros de la razón [convencional]; él sabía que su misión era descubrir agua, y llevaba a cabo su labor con mesirut nefesh –entrega incondicional-.

La avodá de transformar al mundo en un recipiente para la Divinidad [se conecta y] llega a el Infinito Verdadero, el Ein Sof Baruj Hu. Esto es así, puesto que por medio de esta clase de servicio se materializa el propósito17 [para el cual el mundo, que es generado por el Infinito, fue llamado a ser]. [Precisamente,] este es el sentido del nombre Itzjak, [vocablo cuya raíz es tzjok, alegría,] tal como lo expresa la Escritura18: "Elokím me dio tzjok, alegría". [En este versículo, Di-s es llamado por su nombre Elokím que representa la ocultación de la Luz Divina Infinita; así,] exclusivamente por medio de la refinación de los factores que ocultan [la Presencia de Di-s], que son el resultado [del efecto] del nombre Elokím, cuyo valor numérico es idéntico a la palabra hateva19 (naturaleza), se causa "tzjok - alegría" y placer en lo Alto20, [es decir, cuando el orden natural se refina y eleva, se materializa el propósito de la creación].

15. Conforme lo antedicho, entenderemos por qué exclusivamente Itzjak debía nacer de una "gota sagrada". El nivel espiritual de Avraham era el mundo de Atzilut, o sea, Divinidad [no en su manifestación Infinita, sino] investida en [los] límites [de las Diez Sefirot]. Pero al circuncidarse accedió a un estado de integridad, tmimut, –"se íntegro"-, que trasciende a [los límites de la dimensión de] Atzilut21. Precisamente esta condición [de Avraham] fue lo que llevó a que la avodá de Itzjak supere toda limitación, trascendiendo incluso los parámetros de la intelectualidad del ámbito de la santidad22.

16. La enseñanza [de lo explicado] es la siguiente:

Tanto Avraham como Itzjak, ambos, son llamados padres de cada judío. [Por lo tanto,] los dos estilos de avodá deben permear a cada [hijo, a todo] judío.

Cuando el judío esta ocupado en [el estudio de la] Torá, [en la] plegaria y cumpliendo con las mitzvot, se halla inmerso en un marco de luz. Pues [en esos instantes,] no tiene contacto con cuestiones mundanas. Esto es así no sólo en los momentos de la Torá y la avodá (plegaria), incluso también cuando lleva a cabo mitzvot, que para ello sí tiene que involucrarse [en situaciones mundanas y] con objetos físicos, también entonces, su ocupación [y verdadera intención] consiste en llevar a la concreción la Voluntad del Altísimo. Si bien él "atrae" la Voluntad Suprema sobre objetos materiales, de todos modos, su contacto no es con la materia por la materia en sí, [la materia le sirve sólo como medio para concretar la Voluntad de Di-s]. Y [cuando la persona tiene estos conceptos en mente,] es obvio que no registrará opositor ni factor alguno que oculte la Divinidad.

Sin embargo, hay que tomar conciencia que incluso un nivel espiritual de esa magnitud, no constituye el propósito [final y único] del servicio a Di-s. Una avodá así es análoga sólo al servicio de Avraham, pero la persona debe esforzarse para incorporar también el estilo de avodá de Itzjak.

El judío tiene el deber de ocuparse también de aquellos que exteriormente muestran sólo las "piedras" y el "barro" que cubren el "agua" [de su alma]; e incluso hay que dedicarse a quienes se muestran rebeldes hacia cuestiones de Divinidad. Aquellos que sumergen, intencionalmente, las capas superficiales de su ser en prohibiciones con la intención de rebelarse [a Di-s]. De ellos hay que ocuparse, "excavar" en su ser, y "remover" todo lo que obstaculiza [la revelación del alma,] hasta lograr penetrar en el "agua" que hay en su interior, y descubrirla para que se manifieste abiertamente [en el pensamiento, palabra y acción].

La persona podría argumentar: Ya intenté "cavar", [influenciar, en el prójimo] una y otra vez, y no sólo que no se ven los resultados [que uno anhela], sino lo contrario es lo cierto, los "Filisteos" se llevaron los "pozos", por lo tanto, ¿qué lógica hay en seguir "cavando"?

Sobre esto le respondemos: "Que santificó al amado desde el vientre…y [selló] a sus descendientes [con la señal del Pacto sagrado…"]. La avodá de Itzjak y sus hijos no debe depender de [suposiciones o] cálculo alguno. A Di-s le corresponde [evaluar y] calcular si no se tuvo éxito hasta ahora. En lo que al judío respecta, él debe "cavar" y "cavar" [cuantas veces sea necesario] hasta penetrar al "agua" [del alma del prójimo,] y finalmente visualizará que "El Eterno nos ha dado amplitud y fructificaremos en la tierra"23.