En nuestra Parshá aparece el párrafo bíblico de la Tojajá, la amonestación, a través de la cual Hashem advierte al pueblo de Israel que en caso de – Di-s libre- desviarse del camino de la Torá, será castigado duramente. Los versículos de la tojajá describen sucesos muy fuertes y dolorosos, pero las enseñanzas Jasídicas1 nos revelan que, en realidad en esas palabras se encuentran escondidas bendiciones muy elevadas, que justamente por su carácter extraordinario llegan a este mundo envueltas en una "ropa" de maldiciones.
Al final de la Parshá de la tojajá está dicho2: "Y Di-s te hará volver a Egipto en barcos, por ese camino sobre el que dije que no volverás a verlo, y ahí seréis vendidos a tu enemigo, como esclavos y esclavas, y no habrá comprador". La interpretación literal del texto implica, por supuesto, un duro castigo, pero la dimensión interior de la Torá nos revela la bendición oculta en este versículo.
Un Objetivo Superior
Este versículo, que sella el párrafo de las amonestaciones, hace alusión oculta al objetivo Divino que hay detrás del pecado. Es absolutamente claro que el pecado es opuesto a la Voluntad de Di-s, y un judío que comete una trasgresión, actúa contra la Voluntad del Altísimo y lo hace por su libre elección. Pero conjuntamente con ello, también en el pecado hay un objetivo- el pecado debe llevar a la persona (si desgraciadamente ya fue cometido) a la extraordinaria elevación a la que se llega a través del arrepentimiento, la Teshuvá.
Y esto es lo que dice Hashem: también cuando el judío trasgrede la Voluntad Divina y transita por "el camino sobre el que te dije que no volverás a verlo", el objetivo de ello es "Y Di-s te hará volver", que te arrepientas, hagas Teshuvá y corrijas tu pecado y te eleves a un nivel superior al que te encontrabas antes de la trasgresión.
Trabajo Personal
La elevación de la Teshuvá lleva a que "y ahí seréis vendidos", que como explica Rashi quiere decir: "ustedes buscarán ser vendidos". Esta es la superioridad espiritual del retornante, que su estar vendido' a Di-s es producto de su iniciativa y esfuerzo ("ustedes buscarán").
El piadoso que no pecó posee una inclinación natural hacia Hashem que deriva de su propia manera de ser. Siente sed por Di-s de forma natural, y por ende aspira y ansía servirle y cumplir con Su Voluntad. A diferencia de ello, el retornante demostró que por su propia naturaleza pudo alejarse de Hashem, y por lo tanto, cuando retorna a Hashem, esto no es producto de su naturaleza sino de su elección y decisión personal. A través de ello alcanza un nivel más elevado de servir a Di-s- el servicio que viene por iniciativa del hombre.
Mató los Deseos
Cuando un judío se entrega a Hashem hasta tal punto, llega a "tu enemigo", aludiendo a un nivel tan alto que era una suerte de enemigo' frente a su nivel de entonces, siendo que era imposible e inalcanzable para él.
Más aun: "y no habrá comprador", que como explica Rashi significa: "puesto que decretarán sobre ti la muerte y la extinción-(Kilaión)". El judío llega a un nivel espiritual tan elevado que mata' a todos los deseos del instinto y está en un estado de extinción'- su alma se deshace frente a Hashem, Kalot HaNefesh, por el amor y entrega.
Es esto un ejemplo de cómo la dimensión interior de la Torá nos revela la bondad oculta incluso en el texto de las maldiciones. Y a través de estudiar la parte interna de la Torá habrá de revelarse en la dimensión del mundo de lo concreto esta bondad oculta, con un bienestar visible y revelado, hasta la bendición de la llegada del Mashiaj, la bendición de la verdadera y completa redención, muy pronto realmente en nuestros días.
(Likutei Sijot Tomo 19, pag. 236)
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