Hace algunos años las Naciones Unidas realizaron la Conferencia Internacional de Desarrollo Sostenido, en Johannesburgo. La Conferencia fue un gran éxito. Uno se pregunta, sin embargo, si todas las maravillosas decisiones y resoluciones que fueron adoptadas fueron implementadas alguna vez. En otras palabras, ¿fueron ellas mismas sostenibles?

Regularmente se sugieren buenas ideas y proyectos adecuados. La pregunta es, ¿salen de la mesa de diseño? Y si lo hacen, ¿cuánto duran? ¿Qué grado de permanencia disfrutan?

Moisés reunió la asamblea de los Hijos de Israel —estas son las palabras de apertura de la Parashá Vaiakhel. Rashi nos dice que ese día de asamblea fue el día después de Iom Kipur. Moisés descendió del Monte Sinaí en Iom Kipur trayendo el mensaje del perdón de Di-s por el pecado del Becerro de Oro. Al día siguiente reunió al pueblo y les ordenó construir el Santuario.

¿Por qué es importante saber que fue el día después de Iom Kipur?

Quizás porque mientras en Iom Kipur todos son santos, el desafío es ser santo después de Iom Kipur. Es relativamente fácil ser santo en el día más santo del año. La prueba de fe es mantener nuestro buen comportamiento en los días y semanas que siguen a la imponente y sagrada experiencia. ¿Seguiremos inspirados o nuestro entusiasmo se desvanecerá inmediatamente después de Neilá? ¿Cuántas sinagogas están llenas al máximo en Iom Kipur y luchan por un minian a la mañana siguiente?

Un hijo dice kadish por su padre o madre fielmente —durante la semana de Shiva. ¿Y luego? O quizás viene regularmente a la sinagoga y recita el kadish los 11 meses completos. Y al día siguiente se fue.

Y no sólo se trata de la sinagoga, es también la vida. ¿Qué ocurre después de la luna de miel? ¿O el primer aniversario? ¿Tenemos la responsabilidad y la perdurabilidad para seguir a largo plazo?

Mucha gente se siente inspirada en un momento u otro. A lo largo de los años he visto cientos de hombres y mujeres pasar por una fase de dedicada vida judía sólo para verlos caer en sus viejos hábitos y formas de vida. Y no se debe a que su compromiso decae, sino porque ellos no implementan un programa sostenido para que ese compromiso prospere.

Tomen el Shabat. Una persona experimenta el real sentido del Shabat por primera vez en su vida. Luego una y otra vez, hasta que deciden que realmente quieren esto para ellos. Es tan calmo, tan espiritual y tan especial. Así que se comprometen a cuidar el Shabat. Comienzan a ir a la sinagoga cada sábado. Sólo hay un problema. Viven a tres kilómetros de la sinagoga que los inspiró. Muy bien, no es imposible caminar tres kilómetros; mucha gente lo hace todos los días para mantenerse en forma. Así, mientras ellos están en las alturas espirituales, funciona, pero la realidad es que esto es simplemente no sostenible. Si no se mudan cerca de su sinagoga favorita, algo se romperá.

Recuerdo una pareja que fue tan lejos como para comprar un departamento cerca de la sinagoga y se mudaban cada fin de semana. Lo lograron por un tiempo, pero aun esto no fue sostenible. Se convirtió en un molesto shlep tener que mudarse cada viernes y volver cada sábado por la noche. No duró.

Por lo tanto este es un llamado para no sólo mantener el momento de nuestra inspiración espiritual sino para dar pasos prácticos para hacerlo. Para tener éxito a largo plazo, debemos tener un plan pragmático; un programa realista, factible y alcanzable que nos lleve hasta el final. De otra manera, Di-s no permita, nuestros fervientes sentimientos del momento pueden convertirse en un éxito pasajero.

Que estemos lo suficientemente inspirados para asegurarnos que nuestra inspiración dure.