No es casualidad que el Iortzait del Rebe coincida este año con el Mundial.

¿Qué tiene que ver el Iortzait del Rebe con el Mundial?

Me acuerdo cuando el Rebe explicó el significado espiritual del fútbol y lo que se puede aprender para ser aplicado a la vida cotidiana de cada uno.

¿Cómo se juega el fútbol?

Hay una pelota y dos arcos. La tarea es introducir la pelota a uno de los dos arcos. Obviamente, no tendría mucha gracia si fuera tan fácil lograrlo. Existe un equipo oponente cuyo propósito es tratar de impedir que la pelota llegue a su destino. El objetivo es esquivarlos y llegar con la pelota al arco correcto.

La pelota representa al mundo. Los dos arcos representan las dos posibilidades hacia donde se puede llevar al mundo, al bien o al mal. El objetivo, por supuesto, es llevar la 'pelota' al arco del bien, pero no es tan fácil. Hay oponentes cuya tarea es impedir que esto suceda. El desafío está en no dejarse desalentar por los obstáculos, saber esquivarlos y llevarla a su destino.

En realidad, dicho partido se juega en dos canchas, una a nivel personal y otra a nivel colectivo. En la cancha personal: en cada momento de la vida uno tiene el conflicto entre sus instintos y sus responsabilidades; entre lo que quiere hacer y lo que debería. Muy a menudo los desafíos parecen ser insuperables. Pero una cosa es segura: si D-os le pone un obstáculo en el camino de alguien es porque lo puede superar.

En la cancha colectiva, el partido se juega en dos dimensiones, a nivel histórico como también en la actualidad. A lo largo de la historia, y así también en la actualidad, hubo y hay una lucha entre dos fuerzas. Cada una tira para su lado. Por un lado están los que luchan por fortificar la conciencia de hacer, exponer y motivar el cumplimiento de lo que D-os quiere y por el otro lado están los que fomentan la importancia del deseo de hacer lo que uno quiere aún cuando contradice lo que D-os quiere y hasta hay quienes no se conforman con hacer lo que quieren sino que luchan para que otros dejen de cumplir con lo que D-os quiere.

No alcanza con sólo ser 'hincha'. No podemos elegir si queremos jugar o no; al nacer ya estamos en la 'cancha'. Lo único que uno puede elegir es si va a jugar bien o mal y para qué arco va a patear.

De hecho, este concepto fue dicho por Maimónides hace unos 800 años: 'Uno debe considerar al mundo perfectamente equilibrado entre el bien y el mal y a uno mismo perfectamente equilibrado entre el bien y el mal. Con una sola buena palabra, con un solo buen pensamiento o buena acción, puede cambiar el balance personal y -consecuentemente- el del mundo entero para el lado del bien y traer la Redención al mundo.'

El Rebe tomó dicha enseñanza de Maimónides y nos enseñó cómo se pone en práctica y nos hizo ver que el 'partido' milenario está por concluirse. Ya terminó el 'tiempo reglamentario'. Ya terminaron los 'alargues'. Estamos en los 'penales'. Estás frente al arco. El 'gol de oro' puede ser el tuyo... No menosprecies esa Mitzvá que se te presenta...