Cábala: Aquello que es recibido. Aquello que no se puede saber meramente por medio de la ciencia o búsqueda intelectual. Un conocimiento interior que ha sido trasmitido de maestros a discípulos desde los albores de la historia. Una disciplina que despierta el conocimiento de la esencia de las cosas.
Entramos a este mundo y nuestros sentidos se encuentran con su cáscara exterior. Tocamos la tierra con nuestros pies, el agua y el viento salpican contra nuestra piel, huimos del mordiscón del fuego. Oímos sonidos y ritmos. Vemos formas y colores. De pronto empezamos a medir, pesar y describir con precisión. Como científicos, documentamos el comportamiento de sustancias químicas, plantas, animales y seres humanos. Los filmamos, los observamos debajo del microscopio, creamos modelos matemáticos de ellos, llenamos una supercomputadora con datos sobre ellos. De nuestras observaciones aprendemos a cargar a nuestro medio ambiente con inventos y aparatos y luego darnos una palmada en el hombro y decir, sí, acertamos.
Pero nosotros mismos, nuestra consciencia que está examinando este mundo, residimos en un nivel más profundo. Por eso no podemos no preguntarnos ¿y qué pasa con la cosa en sí? ¿Aquello que está ahí antes que la medimos? ¿Qué es materia, energía, tiempo, espacio, y cómo llegaron a existir?
Explicar nuestro mundo sin examinar esta profundidad interior es tan superficial como explicar el funcionamiento de una computadora describiendo las imágenes que se ven en el monitor. Si vemos una pelota moviéndose en la pantalla, para arriba y para abajo, ¿diríamos que está rebotando contra la base de la pantalla? ¿Acaso los artilugios en la barra de desplazamiento realmente tienen un efecto en la página dentro de la ventana? ¿Acaso la barra del menú realmente tiene menús desplegables escondidas detrás de ella?
El autor de un ambiente de software fácil de usar indefectiblemente ha seguido reglas consistentes para que podamos trabajar cómodamente en él. Si es un juego de alguna complejidad, tenía que determinar y seguir muchas reglas. Pero una descripción de las reglas no es una explicación válida de cómo funciona. Para eso, tenemos que leer su código, examinar el hardware, y – más importantemente – leer su planteo conceptual original. Debemos verlo desde el punto de vista del autor, cómo fue desarrollándose paso a paso a partir del concepto en su mente por medio del código que el escribe hasta llegar a los brillosos píxeles en la pantalla.
El código detrás de la realidad, el concepto que insufla vida en la ecuación y los hace real. Hombres y mujeres han sacrificado su comida, su confort, viajado grandes distancias y pagado con sus propias vidas para llegar a conocer estas cosas. No hay cultura en el mundo que no tenga sus enseñanzas que las describa.
En las enseñanzas judías están descritas en la Cábala.
Según la tradición, las verdades de la Cábala fueron conocidas por Adán. Lo que su mente pudo contener, ninguna mente desde entonces pudo. No obstante, pudo transmitir nada más que una parte muy tenue de ese conocimiento a algunas de las grandes almas que descendieron de Él, tales como Janoj y Matusalén. Ellos fueron los grandes maestros quienes enseñaron a Noé, quien a su vez enseñó a sus propios discípulos, incluyendo a Abraham. Abraham estudió en la academia del hijo de Noé, Shem, y mandó a su hijo Isaac a estudiar ahí también. Isaac a su vez mandó a su hijo Jacob para que estudiara con Shem y con su bisnieto, Ever.
Adán, Noé, Avraham, estos fueron los padres de toda la humanidad. Por eso encontrarás pizcas de las verdades que ellos enseñaron donde sea que la cultura humana haya llegado.
De todas maneras, la fuente esencial de la Cábala no es ni Adán ni Noé y ni siquiera Abraham. Es el evento en el Monte Sinaí, dónde la esencia primaria del cosmos fue develada para que toda la nación la vea. Fue una experiencia que dejó una marca indeleble en el psiquis judío, moldeando todo nuestro pensamiento y comportamiento desde entonces.
En el Sinaí, la sabiduría interior dejó de ser una cuestión de intuición o revelación privada. Llegó a ser un hecho que entró en nuestro mundo y se transformó en parte de la historia y experiencia de mortales comunes.
Es por eso que la Cábala no puede ser considerada una filosofía. Una filosofía es producto de mentes humanas, algo con el cual cualquier mente human puede jugar, apretando y estirándolo de acuerdo a los dictámenes de su propio intelecto e intuición. Pero Cábala quiere decir aquello que fue recibido. Recibido no simplemente de un maestro, sino del Sinaí. Una vez que un discípulo haya dominado el camino de esta sabiduría recibida, el o ella puede encontrar las maneras de extenderla tal como ramas del árbol brotan de su tronco. Pero siempre será un crecimiento orgánico, nunca alterando la vida y forma esenciales de ese conocimiento. Las ramas, ramitas y hojas irán justamente dónde corresponde para ese tipo de árbol, un arce nunca se convertirá en un roble, un discípulo nunca revelará un secreto que no estaba ya oculto en las palabras de su maestro.
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