La perashá Toldot comienza contándonos sobre la familia de Itzjak: "Estos son los hijos de Itzjak". Sin embargo, el pasuk ("versículo") no nos dice nada de los hijos de Itzjak.

Dado que los nombres de los hijos de Itzjak no son mencionados, Rashi explica que el pasuk se refiere a "Iaakov y Eisav, sobre quienes habla esta perashá".

¿No hubiésemos sabido esto sin mirar en Rashi? La mayoría de nosotros seguramente sabemos que Iaakov y Eisav eran los hijos de Itzjak. Entonces, ¿por qué Rashi tiene que explicarlo?

Si leemos las palabras de Rashi cuidadosamente, vamos a ver que está tratando de enseñarnos algo más profundo que los nombres de los hijos de Itzjak.

Con las palabras "sobre quienes habla esta perashá", Rashi nos enseña cómo pensar acerca de Iaakov y, más aún, cómo pensar acerca de Eisav.

Sabemos que Eisav era una persona que no siempre hacía buenas acciones. No aprobamos lo que hacía o la forma en que hablaba. Pero Rashi nos dice, "Iaakov y Eisav, sobre quienes habla la perashá". Debemos mirar a las personas, aún a Eisav, de la forma en que nuestra de la Torá habla.

¿Qué significa esto?

La Torá no decide si una persona es buena sólo por sus acciones. La Torá mira más profundo, en su Neshamá ("alma") y busca lo bueno que está allí. Cada Neshamá judía es buena, porque es una parte de Di-s. Aún si una persona no hace buenas acciones, lo bueno de su Neshamá está ahí, y la Torá nos dice que tiene el poder de revelarse. Nada puede ponerse en el camino de la Neshamá.

Rashi nos está enseñando que no debemos sacar nuestras propias conclusiones sobre Eisav. En lugar de eso, debemos tratar de ver las cosas de la misma manera en que la Torá las ve. Esto nos ayuda a darnos cuenta de que, aún una persona como Eisav, tiene algo bueno dentro suyo, y que Hashem está esperando pacientemente hasta que salga y brille.

Itzjak sabía esto. Por eso estaba dispuesto a darle a Eisav las preciosas bendiciones que recibió de Abraham. Él esperaba que Eisav fuera capaz de revelar lo bueno de su Neshamá y hacer buenas acciones.