La perashá de esta semana nos cuenta en gran detalle sobre como Iaakov, nuestro patriarca, trabajó como pastor de ovejas.

Primero para casarse con Lea y Rajel, luego para obtener su paga por los años de trabajo. Más tarde él duplica y triplica la cantidad de ovejas propias y, por último, cuando la Torá describe todas sus posesiones, cuenta primero a las ovejas.

Muchos grandes judíos fueron pastores, como Abraham, Itzjak, Iaakov, Moshé y el Rey David. Ellos eligieron ser pastores porque es una tarea pacífica con la cual podían pasar el tiempo estudiando Torá.

Vemos, entonces, que el ser pastor es importante, pero, ¿por qué la Torá, en esta perashá, utiliza tanto tiempo para describir en detalle las ovejas de Iaakov?

Nuestros sabios nos dicen que debemos aprender del comportamiento de nuestros patriarcas. Cuando la Torá nos cuenta sobre Iaakov y su trabajo con las ovejas, nos está dando un mensaje profundo sobre cómo servir a Hashem.

La palabra hebrea para Oveja es Tzon, que se escribe Tzadík, Alef, Vav y Nun. Si observamos las dos primeras letras de esta palabra, Tzadík y Alef, formamos la palabra Tze, cuyo significado es "¡Sal!", del verbo Salir.

Cuando la Torá nos cuenta sobre Iaakov y sus ovejas, nos está diciendo que el modo de servir a Di-s de Iaakov era Salir, es decir, en lugar de concentrarse en las necesidades propias y encerrarse en sí mismo, él salía y ayudaba a otros para enseñarles cómo servir a Hashem.

Esto es lo que aprendemos de la vida de Iaakov y es una enseñanza para nosotros