En esta parashá aprendemos sobre el evento más importante de la historia: la Entrega de la Torá.

Cuando el pueblo judío estaba acampado al pie del Monte Sinaí, la Torá nos dice “E Israel acampó frente a la montaña”. Todo el pueblo judío es llamado Israel, como si fuese una sola persona.

La Torá nos enseña que el mundo fue creado por un Creador, y todo fue creado con un propósito: revelar la santidad de Di-s.

Para poder lograr este objetivo de traer la unidad de Hashem al mundo, debemos estar todo unidos.

Cada uno de nosotros tiene un alma que es “una parte de Di-s”, y esto nos hace una nación. Cuando di-s vio que todo el pueblo judío estaba acampado “como si fuesen una sola persona, con un solo corazón”, sabía que era la hora de entregar la Torá.

Sin embargo, cuando analizamos la Entrega de la Torá, vemos que Moshe subió al tope del Monte Sinaí, Aarón y sus hijos se quedaron un poco más abajo, los ancianos un poco más abajo y el resto del pueblo al pie del monte. ¿Esto es unión?

Si.

La unión entre las personas no significa que somos todos iguales, sino que nos sentimos cerca y unimos nuestros esfuerzos en pos de un objetivo común: seguir las leyes de la Torá y revelas la santidad de Di-s en el mundo.

Podemos ver esto en nuestros propios cuerpos. Todos tenemos un solo cuerpo, pero esta hecho de muchas partes. Cada parte tiene una función diferente del resto, pero todas son partes del mismo cuerpo. Cuando todas las partes trabajan juntas para un mismo objetivo, el cuerpo está sano y fuerte.

De la misma manera, todos somos parte de una gran unidad. Vivir de acuerdo a la Torá nos ayuda a darnos cuenta de que todo el mundo es realmente uno.