Por veintiséis generaciones, desde la creación de Adám, Hashem había esperado transmitir a la humanidad la preciosa Torá la cual había precedido la creación del universo. Finalmente, El encontró un pueblo dispuesto a aceptarla. El grandioso momento de su Revelación fue aguardado ansiosamente por el universo íntegro puesto que con ello se llevaría a cabo el objetivo espiritual de la Creación.
Era Shabat de mañana, el seis de Siván, de 2448. Har Sinai estaba estremecido de excitación ante el trascendental evento a punto de tener lugar sobre él. Todas las montañas estaban en un estado de agitación junto con él hasta que Hashem les hizo recobrar la calma.
Los Benei Israel estaban aún durmiendo porque la noche de verano había sido corta. Ellos fueron despertados por truenos y relámpagos sobre Har Sinaí y por Moshé llamándolos, ¡El jatán (novio) está esperando que la Kalá (novia) arribe a la jupá!" Moshé llevó al pueblo al Har Sinai como quien conduce a la kalá a la boda.*
*De hecho, Tashbetz Katán (#467) enuncia, "Sabed que todas las acciones y practicas de la novia y el novio en su boda son derivadas de matan Torá donde Hashem actúa coma un jatán hacia la kalá, K'Ial Israel."
El pueblo Judío que estaba reunido al pie de Har Sinaí, hombres y mujeres separadamente, fueron unidos por todas las millones de almas no nacidas aún de sus descendientes y por las almas de todos los guerim quienes aceptarían la Torá en generaciones futuras.
Cuando Hashem descendió sobre Har Sinaí en un estallido de fuego, rodeado por una multitud de 22000 ángeles, la tierra se estremeció, y hubo tronar y relampagueo. Los Benei Israel oyeron el sonido de un shofar tomándose continuamente más fuerte1 creciendo en intensidad hasta que alcanzó el más grande volumen que las personas podían soportar con posibilidad. El fuego de Har Sinai se elevó hasta los mismos cielos, y la montaña humeó como una caldera. El pueblo tembló de miedo.
Luego Hashem tomó Har Sinaí y lo suspendió sobre el pueblo, indicando a ellos, "Si vosotros aceptáis la Torá, bien, pero si no, seréis sepultados bajo esta montaña!" Hashem de este modo forzó al pueblo a aceptar la Torá, a pesar de que ellos la habían aceptado previamente.
¿Por qué debía haber sido una segunda, aceptación forzada de la Torá necesaria? Una de las respuestas es que los Benei Israel habían sólo tomado sobre sí mismos el cumplir la Torá shebijtav, la Torá Escrita. Su aceptación, no obstante, no había incluido la Torá shebaal pá, todos los numerosos detalles orales que Hashem comunicaría a Moshé para transmitir a los Benei Israel. Hashem los forzó a aceptar también la Torá shebaal pé.
Una espesa Nube envolvió la montaña. Hashem inclinó los cielos hasta que ellos alcanzaron Har Sinaí y Su kisé hacabod (trono celestial) descendió sobre la montaña.
Es sorprendente el que la Torá no fuera entregada en medio de brillantes y deslumbrantes luces pero sí en el medio de una montaña oscurecida por oscuras nubes. La razón para ello puede ser entendida con la siguiente parábola:
Preparándose para la boda de su hijo, el rey decoró el palio nupcial con cortinas negras. "¡Esto no es lo que es usualmente hecho para la boda de un hijo!" los miembros de la casa real se quejaron. "¡La costumbre es colgar cortinas blancas!"
"Existe una razón para mi acción," explicó el rey. "Los astrólogos predijeron que este matrimonio se disolverá en cuarenta días. ¡No quiero que el pueblo piense que yo no era consciente de esto por anticipado!"
Similarmente, Hashem no se reveló a Sí Mismo a K'lal Israel en medio de brillantes luces. Más bien, El se presentó en oscuridad y fuego desde que El previó que cuarenta días después de matán Torá, ellos harían el Becerro de Oro.
En ocasión de matón Torá, los Benei Israel no sólo escucharon la Voz de Hashem sino realmente vieron las ondas sonoras como ellas emergieron de la boca de Hashem. Las visualizaron como una ardiente sustancia. Cada Mandamiento que partió de la boca de Hashem viajó alrededor del Campamento íntegro y luego regresó a todo Judío individualmente, preguntándole, "¿Aceptas sobre ti mismo este Mandamiento con todas las halajot pertinentes a él?" Todo Judío respondió, "Sí," después de cada Mandamiento. Finalmente, la ardiente sustancia que ellos vieron, se grabó ella misma sobre las lujot.'
A pesar de que los Benei Israel habían solicitado ver la Gloria de Hashem y escuchar Su Voz, sus almas partieron de sus cuerpos cuando realmente experimentaron la Revelación. La Voz de Hashem resplandeció con tal fuerza que quebró árboles de cedro, hizo estremecer montañas, causó que las ciervas dieran a luz del shock, y descortezó dejando pelados bosques enteros.
Las naciones que presenciaron la conmoción pero no sabían su causa llegaron a Bilám quien era famoso por su sabiduría y lo interrogaron, "¿Está Hashem a punto de traer otro mabul sobre la tierra?"
"No," Bilám tranquilizó a las naciones, "el mundo está en actividad porque Hashem está entregando la Torá a Su pueblo."
Itró - Matán Tora
Los Benei Israel no experimentaron el impacto total de la Voz Divina. Más bien, cada individuo la percibió de acuerdo con su inimitable capacidad para experimentar la shejíná. No obstante, ellos murieron después de cada Mandamiento dado que su nivel de profecía realmente excedió sus poderes de percepción."
Quien percibe conceptos que trascienden su comprensión es dañado y puede incluso perecer como resultado.
Cuatro personas ahondaron en los profundos significados secretos de la Torá:
* Ben Azai, luego de contemplar a la shejiná, murió.
Ben Zoma se volvió loco.
* Elisha ben Avuiá se volvió un apikoros. El fue luego llamado Ajer.
*. Akibá emergió indemne. Cuando él arribó al punto que marcaba el límite de su comprensión, se refrenó a sí mismo y no contempló más allá de él.
La Torá misma suplicó a Hashem restituir vida a los Benei Israel, argumentando, "¿Cómo puede el universo estar feliz al recibir la Torá si tus hijos mueren en el proceso? ¿Es una causa para regocijarse si el rey que casó a su hija al mismo tiempo mata a los miembros de su casa?"
Hashem entonces salpicó el Rocío del Renacimiento sobre los Benei Israel. Este fue el mismo Rocío con el cual El resucitará a los muertos en tiempos futuros. Los Benei Israel, no obstante, todavía se sintieron débiles del shock que ellos hablan experimentado. Hashem por consiguiente llenó el aire con la fragancia de especias, y ellos se recuperaron." No obstante, su temor de la Voz de Hashem fue tan grande que apresuradamente huyeron al fin del Campamento, una distancia de doce mil (aproximadamente 1450 m.). Los ángeles de Hashem tuvieron que
transportarlos de regreso a sus posiciones anteriores al pie del Har Sinaí para escuchar el próximo Mandamiento. Después de los dos primeros Mandamientos, los Benei Israel estaban tan asustados que rogaron a Moshé transmitir el resto de los Mandamientos preferentemente a escuchar la Voz de Hashem otra vez.
A pesar de que Hashem había sabido de antemano que los Benei Israel no serían capaces de sobrevivir al escuchar Su Voz, El no obstante concedió su pedido original de escucharlo a El. El no quería que K'lal Israel alegara en el futuro, ¡Si sólo El nos hubiera concedido una Revelación directa, nosotros nunca hubiéramos servido ídolos!"
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