Tengo un amigo que recientemente se mudó de la Plaza Independencia a la Plaza Libertad.
Cuando me avisó de la mudanza, me comentó que 'nos vamos de la Independencia hacia la Libertad'.
Me quedé pensando en ese comentario y me di cuenta que realmente encierra mucha profundidad. Independencia y libertad no son lo mismo.
Veamos por qué.
Independencia implica independiente de limitaciones; libertad implica libre para hacer lo que uno quiere.
Uno puede ser independiente pero no ser libre.
De hecho, dichos dos pasos están representados por el éxodo y la entrega de la Torá. Al salir de Egipto, los judíos lograron su independencia; al recibir la Torá, recibieron su libertad.
Para entender la diferencia entre ambas condiciones, quiero hablar de un fenómeno que descubrí hace poco: el Pluralismo Fundamentalista.
¿Pluralismo Fundamentalista?
¿Será posible? La Real Academia Española define Pluralismo y Fundamentalismo de la siguiente manera:
pluralismo
Sistema por el cual se acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones.
fundamentalismo
Una de las tres acepciones que aparece es:
Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida.
Son dos términos que representan ideas y actitudes aparentemente opuestas e irreconciliables, el primero aboga por el respeto hacia la libertad de expresar las ideas sin discriminación, mientras que el segundo implica que todos deben adherirse a un mismo sistema de pensamiento bien rígido y definido, sin lugar a expresiones personales.
¿No será una contradicción, entonces, hablar de "Pluralismo Fundamentalista"?
Por lo general la gente asocia el pluralismo con la laicidad y el fundamentalismo con lo religioso. O sea, el que tiene una forma de pensar laica respeta el derecho de todos a pensar cómo quieren (siempre y cuando no infringe los derechos de los demás…) mientras que el que tiene una forma de pensar religiosa tiende a tratar de imponer sus ideas en los demás por medio de la persuasión, imposición o conversión; no respetan la diversidad y el derecho a pensar en forma independiente.
¿Cómo y dónde, entonces, surge esa idea del Pluralismo Fundamentalista? Uno es o pluralista o fundamentalista, ¿no?
Humildemente sugiero que no. Explicaré por qué.
Hace poco tuve la oportunidad de ser invitado por un programa de televisión para hablar sobre mi libro: Amores Imposibles.
Poco después se me acerca una joven y me dice: "Vi la entrevista y le quiero decir que lo que dijo representa nada más que su opinión personal."
"Gracias por tu comentario," le dije. "De hecho, no hablé en nombre de nadie, pero decime, de todo lo que dije en la entrevista, ¿con qué es que te parece que la gente no está de acuerdo?"
Silencio.
Le reiteré la pregunta, asegurándole a la joven que no era mi intención entrar en polémica con ella; simplemente me interesaba saber cuál era la opinión de la gente que pensaba diferente a mí.
Silencio.
Me puse a pensar, si lo que dije le movilizó tanto como para venir a decirme que no estaba de acuerdo, ¿por qué no me decía con qué no estaba de acuerdo? Ahí me pregunté: ¿Será que estaba en desacuerdo no con algo específico que yo haya dicho sino que le molestaba el hecho que realmente creía que yo tenía razón?
¿Será entonces que le molestaba no porque ella creía tener la razón, sino porque partía de la base que no existía la razón? Ahí me di cuenta que no era la primera vez que me había enfrentado con semejante actitud. No me había dado cuenta antes, pero ahora me cayó la ficha. Acababa de descubrir el fenómeno del Pluralismo Fundamentalista. Una cosa es decir que todos tienen el derecho a expresar sus ideas para así llegar a la verdad; otra cosa es definir de antemano que todas las opiniones son igualmente válidas porque no existe una verdad! Para ilustrar la diferencia: no es lo mismo decir que el que dice 2+2=5 tiene tanto derecho a opinar como el que dice que 2+2=4 que decir que ambas opiniones son igualmente válidas…
Si mi hipótesis es correcta, estamos ante una especie de fundamentalismo muy cínico y peligroso. Cuando se trata de un fundamentalismo de la 'vieja escuela', todo el mundo sabe que aquí se trata de un sistema de pensamiento que desconoce el derecho a todo el mundo a definir lo que es correcto o no; hay unas bases reveladas o axiomáticas sobre las cuales se construyen los sistemas. No, no hay libertad personal absoluta según ese sistema de pensamiento; hay verdades que uno debe aceptar. En cambio cuando hablamos del Pluralismo Fundamentalista, estamos ante el siguiente engaño cínico, además de soberbio: pregona la libertad absoluta de pensamiento a la vez que se adjudica el derecho de definir los límites de esa libertad, afirmando que 'no existe una verdad absoluta' y desacreditando cualquier intento de encontrar o defenderla.
Es soberbio porque implica el saber que no existe una verdad absoluta. La única forma de tener este convencimiento es saber y haber evaluado todas las opciones y haberlas descartado. ¿Quién se anima a decir que sabe todas las opciones? En caso contrario es un postulado de fe. Este postulado de fe establece que no existe una verdad absoluta que todos deberían de buscar y a la cual someterse. Y ahí está el engaño cínico: este postulado no habla en términos relativos sino absolutos; niega absolutamente la posibilidad de una verdad absoluta. Por tanto, es una contradicción en si mismo, ya que si cree que no existe una verdad absoluta, no puede estar absolutamente seguro en esa afirmación de que no hay una verdad absoluta y por ende sí puede haber una.
'¿Cuál es, entonces, la verdad?' me preguntará.
Dependiendo del tema, te diré lo que creo ser la verdad y por qué.
Esperaría que si no te gusta mi verdad, me demostrarías dónde falla y por qué pensás que la tuya es más válida que la mía. Pero, por favor, no me 'desenchufes' el diálogo con un 'esa es tu opinión a la cual tenés derecho; yo, también, tengo derecho a la mía...'
Nadie está discutiendo tu derecho a opinar... decí qué es lo que opinas y fundamentalo, más allá de decir simplemente que tienes derecho a opinar...
En conclusión:
Según la definición de la Real Academia, el pluralismo simplemente "acepta o reconoce la pluralidad de doctrinas o posiciones"; no la impone. Del mismo modo, el fundamentalismo no está relacionado necesariamente con lo religioso, sino que implica más ampliamente la "Exigencia intransigente de sometimiento a una doctrina o práctica establecida". Ese sentido de fundamentalismo es aplicable aun (o especialmente) cuando se trata de obligar la aceptación de "la pluralidad de doctrinas o posiciones" por no aceptar y no reconocer el derecho de la doctrina o posición que dice que sí existen verdades y que hay que buscar hasta encontrarlas y, sí, quedarán descartadas como opciones válidas las otras 'verdades' hasta no comprobarse su veracidad.
Ser pluralista o fundamentalista no depende tanto de la filosofía de vida específica que uno tiene, sino de cómo la vive. No confundamos el pluralismo genuino que fomenta la discusión con el artificial que sirve de escudo detrás del cual uno esconde su pereza intelectual o personal, tolerando la pluralidad de opiniones siempre y cuando concuerden con las ideas personales de uno.
Ser independiente de los límites externos no quiere decir todavía que uno sea realmente libre, ya que para serlo debe liberarse también de sus propios límites internos.
Por eso el proceso iniciado por la independencia lograda en el éxodo llegó a su culminación recién en la libertad obtenida en el Monte Sinaí cuando recibimos la Torá siete semanas después. Es en la Torá que uno encuentra las llaves que le permiten liberarse de sí mismo para poder encontrarse consigo mismo.
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