EI texto bíblico fija luego al día de Iom Kipur como "Ley eterna" en todo lugar y época, como día en el que el Creador "perdonará a Uds. para purificaros de todas vuestras impurezas; frente a Di-s, purificaos".

Es el día en el que el judío puede llegar a los niveles más altos de pureza y unión con el Creador. Esto se manifiesta en las diferentes características del día:

1) El hecho mismo de que en este día Di-s perdona todos los pecados cometidos por el hombre es el factor que permite la máxima unión con el Creador y el alcance del máximo nivel espiritual de la persona. El versículo (Isaías 59:2) dice: "Vuestros pecados dividen entre ustedes y vuestro Dí-s". Al quitarse esta división y barrera, se permite llegar al Creador. Por supuesto Iom Kipur perdona sólo a aquel que se arrepiente de su pasado y decide firmemente conducirse, de ahora en más, de acuerdo a los dictámenes del Creador, estipulados éstos en Su Torá.

2) Es un día en el que el judío se encuentra por encima de las necesidades y placeres materiales (comer, beber y demás abstenciones del día). Como dice el Midrash: "no comen, no beben, visten de blanco y están dedicados al servicio del Creador cual si fueran ángeles".

Es el único día del año en el cual se ingresaba al Kodesh HaKodashim - Sancta Sanctórum, el lugar más sagrado de la Tierra- que se encontraba en el Gran Templo de Jerusalem, donde estaba latente la presencia de Di-s.

El Kodesh HaKodashim, vedado a todo ser viviente durante todo el año - incluso los seres celestiales no podían ingresar en él (Talmud)- se abría para el Kohen Gadol - Sumo Sacerdote- que ingresaba "a solas" con el Creador, en un nivel de unión donde no existen "ajenos"

La exégesis jasídica explica la diferencia entre el perdón al que el judío se hace acreedor con su arrepentimiento durante todo el año, y la fuerza especial residente en Iom Kipur:

Hay tres niveles de unión entre cada judío y el Creador:

1) La unión lograda por medio del estudio de la Torá y el cumplimiento de las Mitzvot -Preceptos-Sin embargo esta unión puede ser quebrada, ya que cuando el hombre deja de estudiar Torá y transgrede la Voluntad del Creador, al no cumplir. Sus preceptos, corta su lazo con Di-s.

2) La unión lograda por medio de la Teshuvá (arrepentimiento y retorno a Di-s).

Teshuvá une al judío con el Creador más profundamente que como lo hacen los preceptos, ya que posee la fuerza de unir aquellos sectores donde el judío cortó su lazo, al transgredir los preceptos.

El hecho en sí de que el judío se sienta molesto, le duela y se arrepienta por haber transgredido, muestra que, a pesar de haber roto su lazo con el Creador, en un nivel más profundo de su alma sigue todavía ligado a Di-s. (Como dice el Talmud: "El israelita, aunque pecó sigue siendo israelita"). Sin embargo, en este nivel el pecado tiene peso todavía, solo que la Teshuvá lo limpia. Más elevada aún es la unión a la que se llega en Iom Kipur.

3) La unión entre Di-s y el judío en el día de Iom Kipur.

Es sabido que la esencia del alma del judío está totalmente unida a Di-s, con una unión inseparable. En realidad es como si fueran una sola cosa (Zohar).

Este nivel de unión es indestructible, y ningún factor del mundo, incluso el pecado, puede hacer mella en ella. Resulta entonces que en la esencia del alma propiamente dicha no existe el pecado. Si el judío retorna a Di-s en Iom Kipur con Teshuvá completa, puede llegar a ese nivel de unión con el Creador, en el cual su alma nunca estuvo separada de EI, de manera que la anulación del pecado y la impureza será total, ya que en este nivel nunca hubo impurezas.

De aquí que incluso aquel que retornó antes de Iom Kipur vuelve a retornar en Iom Kipur, ya que la Teshuvá de Iom Kipur lleva a un nivel de unión con el Creador, superior a todo.

Esta unión se pone de relieve en especial durante el rezo de Neilá, razón por la cual, todo judío despierta de su letargo espiritual en este último rezo de Iom Kipur (aunque justamente sea el momento de mayor debilitad física).