Bsd.
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1. Este Shabat, al igual que todos los Shabatot del año está vinculado a una Sección de la Torá.
Mi suegro, el Rebe [anterior] acostumbraba a no mencionar el nombre de esta Sección. En diferentes libros no se señala a esta Sección por su nombre, sino [se la denomina] "Parshat Tehorá". Pero mi suegro, el Rebe [anterior] se abstenía de llamarla por cualquier nombre, y en la mayoría de las oportunidades [que se refería a ella] escribía o decía el día del mes [en el que ésta se leía] o algo por el estilo.
Asimismo, ahora nos encontramos en el mes de Nisán, la época del Exodo de Egipto. Y así como todos los temas [y situaciones que se nos presentan son regidos por los designios de la Providencia Divina Individual,] incluso el hecho de que la lectura de la Sección Semanal de este Shabat sea en el mes de Nisán, es [sin lugar a dudas,] por causa de la Providencia Divina, pues las dos cuestiones, [la presente Sección Semanal y el mes de Nisán,] se vinculan entre sí.
2. Acerca del Exodo de Egipto nuestros Sabios señalan1: "Por mérito de la fe nuestros antepasados fueron redimidos de Egipto". El énfasis aquí esta puesto específicamente en la fe [en Di-s que ellos tuvieron]. No [se hace referencia a la] captación intelectual, sino a la fe. ¿En qué se distingue la fe [de las demás fuerzas del Alma]? ¿Y cuál es su vínculo con el Exodo de Egipto al grado de que por su exclusivo mérito nuestros antepasados fueron redimidos de allí? Incluso los Piadosos de las Naciones del Mundo –jasidei umot haolam- aceptan la existencia del Creador. No obstante, para ellos [este reconocimiento] no es una cuestión de fe, sino se trata de una conclusión lógica indefectible. [Pues] cuando el ser humano reflexiona [tan sólo] en la existencia [y funcionamiento] del mundo, y toma en cuenta la norma de que 'no hay cosa que se haga a sí misma'2, [ineludiblemente] reconoce que existe un Creador y Conductor [del Universo].
Debido a que ellos, [los jasidei umot haolam], no tienen incorporado [en las fibras íntimas de su ser espiritual] la noción de lo Divino, más bien reconocen la existencia de Di-s como resultado de la observación de la realidad física, [por eso,] el alcance de su aceptación [de lo Divino] depende de cuánto el mundo así lo exija, [en otras palabras, ellos se conectan con Di-s] en la medida que la Divinidad [deja a sí misma manifestarse por medio de, y]se vincula con, el mundo, contrayéndose en las 'vestimentas' de la naturaleza. [A la faceta de] la Divinidad que trasciende la Creación y [los límites de] la naturaleza [no tienen acceso ni noción, por eso,] no es por ellos reconocida.
Sin embargo, la fe del judío no se origina en [algún aspecto siquiera Divino de] la Creación. El vínculo del pueblo de Israel con la Divinidad es esencial, por lo tanto, lo Divino esta intrínsecamente incorporado en ellos. Al igual que con las Naciones del mundo cuya concepción [natural de las cosas] es [la naturaleza de] el mundo [tangible], así, [pero en sentido opuesto,] la visión [inherente] del judío es Divinidad. Entonces, el judío no se halla preso de los límites del entorno natural, con [absoluta] simpleza tiene incorporado [en su alma] incluso la noción de la Divinidad que trasciende lo natural.
[Este concepto será comprendido] conforme la explicación de la Filosofía Jasídica3 en cuanto a la diferencia entre la fe [en Di-s] de las Naciones del Mundo –umot haolam- y la fe del judío. El judío tiene fe en Havaiá, el Nombre de Di-s que alude a [la faceta de la Divinidad en la que no existe multiplicidad ni diversidad, desde la perspectiva del Havaiá todo se halla incluido en un 'punto' que trasciende a todo, 'El Fue, Es y Será como Uno',] 'Haiá, Hové Veihié keejad'4, más allá de los límites de la naturaleza. Mientras que la fe de las Naciones del Mundo es en el Nombre Elokím, [el aspecto de lo Divino que revela la diversidad y diferencia entre las criaturas estableciendo límites entre ellas, dando lugar a la creación tal cual ésta se muestra ante nuestros ojos, a esto se debe] que [la suma del valor numérico de las letras hebreas del Nombre Elokím, es decir,] su guematria, es Hateva –la naturaleza-. Conforme la declaración del Faraón junto a sus hechiceros: "No conozco a Havaiá, es el dedo de Elokím"5.
3. En términos claros [el concepto es el siguiente]: En todas las situaciones y acontecimientos de la realidad, el gentil busca lo 'natural' de la cosa, sólo al vislumbrar un suceso abiertamente milagroso, que no tiene cabida alguna según los parámetros naturales, indefectiblemente él reconoce que se trata de algo Divino. Pero incluso en un caso así, tratará de [relativizar el milagro, esmerándose por encontrar una razón lógica a lo sucedido, hasta lograr] 'investirlo' en 'ropajes naturales'. En contraste el judío, lehabdil, en todo lo que ve inmediatamente busca la Divinidad intrínseca en ello.
Y exactamente al igual que el gentil, que empeña muchas de sus fuerzas para encontrar una explicación lógica incluso a un milagro revelado, lo propio sucede con el judío pero en sentido inverso, al encontrarse con una situación que del todo responde a la normativa natural de las cosas, él se 'planta' con la firmeza característica de 'un pueblo testarudo' y declara: no se trata aquí de algo natural, sino de una expresión de Divinidad.
Este concepto ya se explicó en otra ocasión6 conforme las palabras del [Talmud] Ierushalmí [que el judío] 'tiene fe en Aquel que es la vida de los mundos y siembra': Si bien toda persona sabe que cuando se siembra una semilla en la tierra por naturaleza ésta florece, sin embargo, el judío no se apoya en esta norma para tomar una semilla y abandonarla en la tierra para que la naturaleza haga lo suyo y crezca; para él, las reglas naturales no constituyen una base suficiente como para que a consciencia dejar algo [sujeto a ellas].
La [única] razón por la cual el judío siembra se debe a que 'tiene fe en Aquel que es la vida de los mundos', y tiene confianza en El, de modo que su siembra florecerá y dará frutos.
4. [En otras palabras, el concepto es el siguiente:] así como en el caso de un milagro que no tiene cabida en el marco de lo natural, pues con certeza el mismo proviene del Altísimo quien produjo el cambio del orden natural, exactamente así son, [y por la persona deben ser vistos,] los sucesos naturales, [todos provenientes de la fuerza Infinita de Di-s].
Si pretendemos engañarnos a nosotros mismos, incluso al tratarse de un milagro extraordinario, podemos interpretarlo como un fenómeno natural. Aun el milagro de la Partición del Mar, uno de los milagros más grandes [de todos los tiempos], al grado que fue descripto por los Sabios como 'difícil'7, incluso en cuanto a éste, se dio margen de error para decir que no existió tal milagro.
El [Midrash] Mejiltá8 comenta que en el momento de la Partición del Mar se abrieron todas las aguas del mundo (con excepción de las del río Eufrates, así está dicho en uno de los Discursos Jasídicos del Rebe Maharash9). A esto alude el versículo 10: "Cayó sobre ellos terror y miedo", pues al percatarse los pueblos del mundo de la partición de las aguas [de su derredor], comenzaron a indagar la causa del fenómeno, y cuando tomaron conocimiento que [lo que sucedía con sus aguas] era por motivo de [la Partición del Mar que Di-s hacía en ese preciso instante para] los judíos, 'cayó sobre ellos terror y miedo'.
Por otro lado, el hecho de que 'todas las aguas del mundo se partieron' proporciona un margen de error. Si sólo se hubiera abierto el Mar de los Juncos, hubiera quedado claro que se trata de un milagro de Di-s para con Su pueblo, pero, por cuanto que se 'partieron todas las aguas del mundo', se dio lugar a explicar el suceso conforme la lógica, diciendo que se trata de un acontecimiento de orden natural, etc., y no de un milagro en función del pueblo judíos, y la evidencia es que 'se partieron todas las aguas del mundo'.
Este modo de proceder desde lo Alto [por parte de Di-s,] responde al principio de que debe haber Libre Albedrío, por eso, hay margen de error incluso cuando se trata de un milagro extraordinario, conforme el la máxima de nuestros Sabios11: "¡Está escrito, y el que quiere equivocarse, que se equivoque!
5. A esto se refiere el dicho: "Por mérito de la fe nuestros antepasados fueron redimidos de Egipto":
El vocablo 'mitzraim' (Egipto) proviene de 'meitzarím' y 'gbulím' –angosturas y limitaciones-. Éstas se expresan de dos maneras: a) 'Meitzarím dikdushá' –limitaciones en el ámbito de lo sagrado-, es decir, cuando la persona siente y reconoce la Divinidad, pero la misma se halla limitada a la lógica y raciocinio humano, por ejemplo, la fe [en Di-s, pero limitada] en el Nombre Elokím. Esta mirada es la raíz de, y 'allana el terreno' para el siguiente peldaño de 'mitrzaim' en orden descendente, b) 'meitzarím deklipá' –limitaciones en el terreno de la impureza-. En este estado la persona se olvida por completo, Di-s nos libre –jas veshalom- de lo Divino, hasta el grado de descender muy bajo, al estar inmerso en los '49 portales de la impureza'.
Pero en 'mérito de la fe', esto alude a que los judíos no consideraron en absoluto las cuestiones mundanas y los designios de la naturaleza, de modo que no sólo se distinguían [de los egipcios] por sus creencias [y prácticas] espirituales, sino que incluso en temas materiales, en los que se asemejan los judíos al resto de los pueblos, también en estas cuestiones ellos se diferenciaban allí –metzuianím sham-. 11 Bereshit Rabá 8:8. [nota 17 (NVI)].
Esta convicción espiritual y conducta 'atrajo' la revelación sobrenatural del Nombre Havaiá, y como resultado de ello, el Exodo de Mitzraim, produciéndose no sólo el Exodo de 'mitzraim deklipá', sino incluso el de 'mitzraim dikdushá'.
6. El mismo concepto se halla insinuado en nuestra Sección Semanal en conexión con el tema de las afecciones –negaím-. El Rambám12 –Maimónides- escribe que los negaím –tanto las afecciones en las vestimentas así como las de las casas- no eran algo que sucediera normalmente en la gente, más bien se trataba de 'una señal y maravilla de Di-s para con el pueblo judío, para advertirlos del pecado de Lashón Hará –calumnias-. El explica extensamente la secuencia de aparición de los negaím: en un comienzo 'cambiaban [de color] las paredes de la casa', y cuando esto no ayudaba [a corregir el estado espiritual de los convivientes,] 'cambiaban [de color] los utensilios de cuero que había en aquella casa', etc.
Así como en cuanto a la aparición de los negaím era algo absolutamente claro que no respondía a parámetros naturales, sino los mismos provenían de lo Alto, del mismo modo, los judíos tenían fe que todo viene de lo Alto según los designios de la Providencia Divina. Y así como en relación a los negaím, que cada pormenor de ellos tenía una intención –kavaná- específica, como por ejemplo advertirlos del pecado, que en realidad es algo bueno, una bondad oculta, e incluso una bondad revelada, como sucedía con los negaím conforme lo expresado en el Midrash13 que por medio de 'destruir la casa' se encontraban 'tesoros de oro' que habían escondido los Cananitas.
(De una de Shabat Parshat Tehorá 5717)
NOTAS
∗ [La presente Sijá no pudo ser revisada por el Rabino Natán Grunblatt, Director de la Editorial Kehot Lubavitch, pero teniendo en cuenta que semanalmente numerosos lectores esperan este material, se publica en la presente versión. La edición final de esta Sijá verá luz, Di-s mediante, con la impresión de los libros del Likutei Sijot en Español. Vaya nuestra disculpa por algún error o imprecisión (NE)].
1 Ialkut Shimoní Remez 519. Véase también Mejiltá Beshalaj 14:31. Y véase Shir HaShirím Rabá Parshá 4 sobre el versículo 'ití milebanón kalá', b.
2 Véase en extenso el desarrollo de este concepto en Jobat HaLebabot, Shaar HaIjud, cap. 5.
3 Véase Sidur [Im Pirush HaMilot del Miteler Rebe, pág. 284 y ss.] párr. que comienza con las palabras 'sheshet iamím', Shaar HaEmuná, cap. 4. [Véase también en] Discurso Jasídico veKibel Haieudím 5687 [pág. 110 y ss.] (impreso también en HaTomim fascículo 7, y en Sefer HaMaamarím 5711 [pág. 180 y ss.]).
4 [Véase Zohar III, 257b (NVI)].
5 Exodo 5:2. Ibid. 8:15. [Véase Zohar I, 195a y Zohar II, 52b. Kuzari IV:15. Véase también Rabeinu Bejaia sobre Exodo 5:2 (NVI)].
6 Véase Likutei Sijot, tomo I, pág. 216, Sijá correspondiente a Purim.
7 Sotá 2a.
8 Parshat Beshalaj 14:21 [Véase también en Midrash Tehilím 18:19, y el comentario de Rashi sobre este versículo (NVI)].
9 [Discurso Jasídico Maim Rabím 5636 cap. 147 (NVI)].
10 [Exodo 15:16 (NVI)].
12 Al final de Hiljot Tumat Tzaraat. Y véase Likutei Torá Parshat Tazría párr. que comienza con 'Adam ki ihié'.
13 Véase Vaikrá Rabá 17:6.
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