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Masei1

1. En una ocasión anterior ya nos referimos en extenso al significado de los viajes [del pueblo judío] relatados en nuestra Sección Semanal, desde el Exodo de Egipto hasta [las orillas de] el [río] Jordán [frente a la ciudad de] Jericó, [en esa oportunidad se explicó] que estos viajes hacen referencia a todas las situaciones y circunstancias que los judíos debemos atravesar hasta la llegada del Mashíaj.

En este sentido, se señala en la bibliografía cabalística y asimismo lo expresa el Baal Shem Tov2 en una de sus máximas, que aquel que tiene conocimiento del significado de los 'viajes', sabe en qué 'viaje' él se encuentra, tiene consciencia de lo que todavía le resta atravesar, [es decir,] cuantos y qué 'viajes' [le faltan] hasta la llegada del Mashíaj.

En general, los 'viajes' constituyen un proceso de elevación [espiritual]. "Estos son los viajes de los Hijos de Israel que salieron de la tierra de Mitzraim (Egipto)". El versículo dice 'viajes' en plural – si bien desde Egipto [propiamente dicho] hubo un sólo viaje – [de todos modos, la Escritura se refiere a los viajes en plural,] debido a que todos los viajes constituyeron, en cada momento y situación particular, una 'salida de Egipto' hacia un estado de amplitud relativo a ese momento.

Existen numerosos niveles [espirituales]. [El estado en que la persona se encuentre,] en relación a una categoría inferior, se considera una 'tierra buena y amplia', mientras que en comparación a una situación [espiritual] más excelsa, todavía se halla en mitzraim. [Precisamente] el significado de los 'viajes' consiste en [que la persona este imbuida en] una evolución permanente, un avance [que lo haga 'saltar'] de un nivel a otro incomparable con el anterior –lein aroj-, desde mitzraim a 'la tierra buena y amplia', aunque sea conforme el estado presente de cada uno, [pues tomando en cuenta el estado particular en el que la persona se encuentra, si hay verdadero esfuerzo por superarse y 'salir' plenamente de su condición, con certeza] se trata de una elevación [espiritual] no gradual, [una que trasciende los propios límites].

Los ángeles [celestiales] son llamados 'estáticos' –omdím-, debido a que su crecimiento espiritual es gradual. En contraste, las almas cuando descienden al plano físico [de la creación, con el objeto de observar la Torá y las mitzvot invistiéndose para ello en un cuerpo físico,] se transforman en 'caminantes' –mehaljím-3.

Las almas avanzan de manera no-gradual, de modo que por medio de un solo 'viaje' pueden liberarse de inmediato de mitzraim, de las limitaciones y angosturas –meitzarím ugvulím- [propias de la realidad material,] para dirigirse a 'la tierra buena y amplia'. Se trata de una elevación partiendo del gvul –límite- hacia el bli gvul –el contacto con lo Infinito-.

De todos modos, el judío no debe conformarse con hacer sólo un 'viaje', de él se demanda que continúe avanzando, a sabiendas que el nuevo estado en el que se encuentra no es más que 'mitzraim', límites, y de ahí debe 'salir' hacia 'la tierra buena y amplia', una categoría superior. Así, la persona debe avanzar invariablemente, hasta llegar al Iardén Ierijó, la llegada del Mashíaj que es moreaj vadaín4, inmediatamente en nuestros días.

(De una Sijá de Shabat Parshat Matot-Masei 5716)