Usted está caminando por la calle y ve una persona de apariencia normal viniendo en su dirección hablando solo. Hace gestos, apunta y balancea el dedo en el aire como para afirmar un punto de vista. ¿Qué le estará pasando? – se pregunta usted. Cuando llega más cerca, desvía los ojos. Finalmente, a sólo algunos pasos del sujeto, usted deja escapar una risa. "¿Cómo pude olvidarme? ¡Está hablando por el teléfono celular!".
En cualquier lugar, a cualquier hora del día o de la noche, las personas están conectadas con la familia, amigos y trabajo vía teléfono celular.
Las Mitzvot, los preceptos Divinos que guían cada aspecto de la vida del judío a partir del momento que nace hasta su último soplo, son un medio por lo cuál nos conectamos con Di-s. De hecho, una Mitzvá en sí tiene dos significados: "mandamiento y conexión". A cualquier hora del día o de la noche, podemos conectarnos con Di-s por intermedio de los preceptos. Al ordenarnos las Mitzvot, Di-s creó los medios por los cuáles podemos establecer una conexión con Él. La mano que coloca algunas monedas para caridad, los labios curvados en una sonrisa para saludar a otra persona, la voz elevándose en una plegaria, el estómago digiriendo Matzá en Pesaj, los oídos escuchando el Shofar en Rosh Hashaná, todos son instrumentos para conectarnos con Di-s. Por lo tanto, hay Mitzvot para cada miembro, órgano y facultad de una persona, para que ninguna parte del cuerpo permanezca sin conexión con El Creador.
Cada vez que cumplimos una Mitzvá nos conectamos con Di-s. A veces, la conexión es tan natural que ni siquiera la percibimos. Otras veces, si la sentimos – lágrimas vertidas en un momento de plegaria; una paz intangible cuando las velas del Shabat son encendidas; el lento suspiro cuando las correas de Tefilín son desenrolladas.
¿Pero y cuando no hay conexión alguna? ¿Cuando estamos fuera de nuestra área y nuestro servicio está en "roaming", cuando olvidamos de recargar la batería y el teléfono se queda mudo, o pasamos por un túnel y nos quedamos desconectados?
Entonces nuestra familia, amigos y la oficina no pueden mantener contacto con nosotros. Sin embargo Di-s aún puede. Porque jamás podemos realmente desconectarnos de Di-s. "Un judío no desea ni puede desconectarse de Di-s" – enseñó Rabi Shneur Zalman de Liadi. Incluso si pensáramos que no hay conexión, o que estamos desconectados; estamos conectados con Di-s y Él está conectado con nosotros. Porque, en la verdad, el servicio nunca "se cae".Tal vez sea un número errado. Pero la falta de conexión jamás es permanente. Di-s se comunica con nosotros. Necesitamos sólo estimular los oídos y escuchar, recargar nuestra batería o tener paciencia hasta que veamos la luz en el fin del túnel y reconéctanos.
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