La Mitzvá del Brit Milá/ Circuncisión

Junto con las leyes de embarazo de las mujeres, la Torá menciona que el brit milá se le debe realizar a los varones cuando tienen ocho días de edad.

Esta mitzvá fue mencionada por primera vez en la parashat Lej Leja, cuando Hashem le ordenó a Abraham que se hiciera el brit milá a sí mismo. A partir de ahí, Hashem ordenó que toda la descendencia masculina deberá ser circuncidada a los ocho días de su nacimiento.*

¿Por qué es que un brit milá no se puede realizar antes de los ocho días?

Nuestros Sabios nos dan varias razones, entre ellas:

1. Hashem nos ordenó que esperemos hasta el día en que El sabe que el niño posee fuerza suficiente para soportar la operación.

2. Se considera que la circuncisión es similar a un sacrificio debido a que el niño es llevado a través de ésta bajo las alas de la shejiná (divinidad). Por lo tanto, se requiere que el niño haya vivido al menos un Shabat para ser santificado y para que su kedushá (santidad) sea elevada. Entonces, el niño está en condiciones de ser un "korbán" para Hashem. (De manera similar, los animales no sor. aceptados para sacrificios antes de que alcancen los ocho días de vida.)

En una ocasión en la que su amigo lo visitó, el rey le hable organizado un gran banquete de bienvenida. Cuando estaban c punto de sentarse para comer, el rey le comentó, "No es apropiado comenzar a comer antes de que conozcas a la reina. ¡No conoces absolutamente nada de este palacio si no visitas antes a la reina, debido a que ella es tan bella que sería imposible describirla!"

De manera similar, el Todopoderoso decretó, "A menos que e. niño haya estado cara a cara con una Reina Shabat, y absorbido su santidad, aún no está preparado para ser sometido al brit."

Es costumbre reservar una silla especial para el Ángel del Pacto, el profeta Eliahu, quien está presente en cada brit milá. Su presencia se requiere debido a que una vez él habló en forma despectiva de los Bnei Israel.

El profeta Eliahu era un gran fanático del Honor de Hashem. Le dijo al Todopoderoso de manera acusativa, "Los Bnei Israel no han cumplido Tu pacto" (Melajim 19:10). El se refería al pacto de milá que fue desatendido por los judíos debido a la prohibición de realizar circuncisiones que decretó el malvado rey Ajav. A pesar de que Eliahu hablaba para resguardar la Gloria de Hashem, el Todopoderoso desaprobó la acusación contra Su gente. Le ordenó a Eliahu que ungiera a Elishá como profeta en su lugar, y además, le ordenó que reaparezca en cada brit milá para testificar el cumplimiento de la mitzvá por los judíos.

El emperador romano Turnus Rufus le preguntó a Rabí Akiuá, "¿Qué es superior, la obra de D- s o la del hombre?"
"La del hombre," respondió Rabí Akivá.
"Su respuesta me sorprende," exclamó Turnus Rufus. "¿Trata de decir que el hombre puede crear algo que se asemeje al cielo o la tierra?"

"No me refiero a las creaciones que superen las habilidades manuales de los seres humanos," contestó Rabí Akivá, "sino a aquellas que estén dentro de sus posibilidades."

"¿Por qué es que ustedes los judíos se circuncidan?" Turnus Rufus continuó con sus preguntas, "¿Acaso ustedes presumen que el trabajo del Creador necesita ser mejorado?" ''Esta es precisamente la pregunta a la que yo me había anticipado," Rabí Akivá explicó, "y yo por lo tanto sostengo que los logros humanos son superiores a los del Creador."

"Si esta es su opinión, pruébela," le exigió Turnus Rufus.

Rabí Akivá regresó a su casa y le ordenó a su esposa, "hornea un delicioso pan que esté compuesto con harina, aceite y especias."

Al volver a ver al emperador le llevaba, un pan en una mano y un puñado de granos de trigo en la otra.

"Ahora dígame, Oh rey, ¿cuál de los dos es superior - el trigo o el pan?" le preguntó.

"El pan, por supuesto," respondió Turnus Rufus.

"Ya ve," replicó Rabí Akivá, "usted mismo confesó que el trabajo del hombre es mejor que el del Creador. Cuando El diseñó el universo, le dejó al hombre la misión de perfeccionarlo; el grano debe ser cortado y horneado para convertirse en pan, y los vegetales deben ser cocinados y condimentados. Por lo tanto, al realizar la milá en un niño perfeccionamos la obra del Creador."

"Si Hashem quería que el niño fuese circuncidado, lo pudo haber creado de esa forma," insistió Turnus Rufus.

"¿Por qué es que hace esa afirmación sólo con respecto a la circuncidan?" respondió Rabí Akivá. "Se podría preguntar también por qué es que Hashem dejó el cordón umbilical unido al recién nacido, dejando al hombre para que lo corte."

A pesar de que Rabí Akivá concluyó el debate con este comentario, nuestros Sabios nos revelaron la verdadera razón por la cual los niños llegan al mundo sin la circuncisión. Hashem hizo que el niño fuera imperfecto para otorgarnos el mérito de realizar Sus mitzvot cuyo cumplimiento nos purifica y nos eleva.

En el día del gran juicio final, Abraham Avinu estará parado en la entrada de Gueinom para examinar a todos los judíos. Si alguien que llega ahí tiene el brit milá, Abraham no permitirá que ingrese al Gueinom.

¿Qué será de aquellos que si bien tienen hecho el brit milá son terribles pecadores y se excluyen voluntariamente del medio del klal Israel por violar la Torá? Abraham removerá los prepucios de los niños que fallecieron antes de ¡legar a cumplir ocho días y se los colocará a aquellos reshaim, y luego, el Gueinom los consumirá.

Este Midrash señala los terribles e impresionantes méritos que tiene el brit milá. Nos enseña que incluso si un judío no tiene un conocimiento de la Torá y de las mitzvot, su sola milá posee el poder de protegerlo de castigos severos de Gueinom. Brit milá es el sello que estampa un judío como sirviente de Hashem y miembro del klal Israel. Al ser parte del klal Israel, se le otorga los beneficios de los méritos de la comunidad.

El rey Shlomó enseñó el verso esotérico (kohelet 11:2), "Ten Jelek lashivá vegam lishmoná/ Dele una porción a los siete y también a los ocho."

Entre los varios significados que tiene este pasuk, uno hace referencia a nuestro tema:

Con el "siete", Shlomó hace referencia al período- nidut de la mujer; con el "ocho", a los días del brit milá. Este versículo nos enseña que Hashem le dice al pueblo judío, "Sé meticuloso al observar las leyes de nidá, y te bendeciré con un niño al cual le podrás realizar el brit milá."