La Parshá de esta semana se ocupa de las manchas de tzaraat (similar a lo que sería la lepra) que aparecían en las casas, ropas, y el cuerpo de la persona, producidas por el pecado de Lashón Hará, la mala lengua.

El Rambam escribe que estas manchas eran sobrenaturales, una "señal y milagro sucedía a Israel para advertirles del pecado de Lashón Hará"(Leyes de la impureza de la lepra). La enfermedad llegaba gradualmente: Primero "cambiaban las paredes de su casa. Si seguía en su pecado- cambiaban los elementos de cuero". Luego llegaba a sus ropas. Y finalmente, si después de todas estas advertencias, persistía en su falta, la mancha aparecía en su piel, "para que esté separado y solitario, y no vuelva a ocuparse de habladurías" (Rambam).

Es Posible Equivocarse

La forma en que llegaban estas manchas llevaba al reconocimiento de que no se trataba de un acontecimiento casual y cotidiano. La persona entendía que se trataba de una señal del Cielo, de la Supervisión Divina directa, y especial intención de advertirle del pecado. Sin embargo, quien no deseaba creer, podía aducir que se trataba de un acontecimiento natural, buscando una explicación lógica a lo sucedido. Porque de todas formas, no se veía un milagro revelado, que rompía las reglas de la naturaleza, y dejaba a todos boquiabiertos. La aparición de las manchas tomaba la forma de una enfermedad, dejando la posibilidad de interpretar equivocadamente, que nada extraordinario sucedió.

La Fe Judía

Aquí queda de manifiesto la concepción de mundo del judío. Los judíos son definidos en el Talmud como "creyentes, hijos de creyentes" y al toparse con un acontecimiento como este, ven en él la "mano de Di-s".

No sólo un suceso milagroso, como el de las manchas de Tzaraat, despierta este sentimiento en el judío, sino incluso lo que sucede de forma cotidiana. El judío cree con convicción, que todo está dirigido "desde Arriba", por la Providencia Divina, solo que utilizando canales diferentes y es así como concibe la realidad.

Todo es Bueno

El judío se desenvuelve, con la creencia de que, así como existe una intención Divina en las manchas, también hay una finalidad en los diferentes sucesos. Más aún: cree que inclusive las cosas que aparentemente son negativas, contienen un bien excelso, ya que si todo proviene de Di-s, no es posible pensar que algo malo se derive de El, ya que El es la Esencia de la Bondad.

Y todo esto se hace notorio en las manchas de Tzaraat. El Midrash relata que una de las razones por las cuales las casas adquirían las manchas era porque los Cananitas habían ocultado en ellas sus tesoros, antes de la conquista de la Tierra de Israel por los judíos. Resulta entonces, que justamente, como resultado de la aparición de un fenómeno negativo, la mancha de impureza, la persona debía destruir su casa. Pero esto dejaba al descubierto el bien oculto-aparecían los tesoros.

En mérito a esta fe fueron redimidos nuestros antepasados de Egipto, y en su mérito marcharemos a la Redención completa, muy pronto, por medio de nuestro justo Mashíaj.

(Likutei Sijot, tomo 1 Pág. 239)